Con la posible escasez de material genético aviar en el mundo, a causa del cierre de fronteras, la influenza aviar amenaza con afectar fuertemente a la industria avícola.
Al paso de estas últimas décadas hemos observado, impotentes, el inexorable e imparable avance de la influenza aviar en el mundo. En el continente americano, tenemos como antecedentes los catastróficos brotes causados por el virus tipo A, subtipo H5N2 de alta patogenicidad que afectó la avicultura del Noreste de Estados Unidos, particularmente a los estados de Pensilvania, Nueva Jersey y a la península del Delmarva en 1984. Dicho patógeno resurgiría diez años más tarde, para afectar gravemente a los productores avícolas de México entre 1994 y 1995, además, del brote chileno del 2002, cuyo responsable fue un virus de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) A/H7N3. Un antecedente más reciente ha sido la epizootia causada por el ortomixovirus A/H7N3 de IAAP, que azotó la avicultura mexicana entre 2012 y 2013.
Ahora bien, a nivel mundial hemos sido testigos de la panzootia desencadenada por el patógeno del subtipo H5N1 de alta patogenicidad, que se surgió en Asia a fines del 2003, el cual se diseminó a Europa y África y que preocupantemente, aún está en curso en el Sureste asiático a quince años de su inicio. Estos habían sido en resumen, los continuos y periódicos reportes recibidos paulatinamente al paso del tiempo, de aislamientos en aves silvestres migratorias y de brotes en la industria avícola en diversas partes del mundo y en particular en el continente americano.
Aislamientos de virus de alta patogenicidad
Sin embargo, a principios de noviembre del año pasado, tuvimos conocimiento del aislamiento de un virus de alta patogenicidad A/H5N8 en Alemania, el cual rápidamente cruzó las fronteras y pasó a una granja comercial de pollo de engorde en Mecklenburg-Vorpommern, en Holanda. Dicho agente patógeno se diseminó poco más tarde, a la Gran Bretaña. El 5 de diciembre pasado, las autoridades veterinarias oficiales de Canadá reportaron a la OIE con sede en París, Francia, la presencia de un virus A/H5N2 de alta patogenicidad, en una parvada de reproductoras pesadas y en otra granja de pavos en el Valle de Fraser en la provincia de Columbia Británica. Diez días después, las autoridades veterinarias del APHIS del USDA de Estados Unidos, comunican la presencia del subtipo H5N8 en una parvada de gallinas de Guinea y de pollo de engorde en el condado de Wilson, Oregón. Al día siguiente se reportaron otros aislamientos, en este caso, agentes virales A/H5N8 y A/H5N2 de filogenia euroasiática, en patos silvestres endémicos y en aves migratorias silvestres, en el condado de Whatcom, Estado de Washington.
Durante el mes de enero de este año, el APHIS comunicó la presencia de otro virus A/H5N8 de alta patogenicidad en pavos comerciales en el condado de Stanislaw, cerca de Modesto, California y para colmo, Belice reportó serología positiva, pero no aislamiento viral, del tipo A/H5N2 de baja patogenicidad, en una parvada de reproductoras pesadas de la comunidad mormona de Spanish Lookout.
Consecuencias del ortomixovirus
Las consecuencias del inexorable avance de estos ortomixovirus en nuestro continente y en nuestra región, plantea la enorme necesidad de aplicar con toda disciplina y rigorismo las medidas de limpieza, lavado, desinfección, bioseguridad y de control de la movilización e iniciar acciones para lograr la regionalización y si posible la compartimentación de las empresas avícolas.
Ahora bien, ante el cierre de las fronteras al comercio internacional de las diversas regiones y países en Europa y en Estados Unidos, empieza a surgir el fantasma de un posible desabastecimiento internacional de genética aviar, es decir, de huevo fértil y de pollitas de un día de edad de bisabuelas, abuelas y madres reproductoras.