18 de julio de 2016En los últimos tres meses, las cotizaciones en granjas cayeron hasta 59 por ciento, pero la intermediación no permite que los descuentos lleguen a los comercios minoristas.
Gracias a la creciente demanda de carne de pollo por parte de los hogares peruanos, los comerciantes detallistas en ese país se están asegurando importantes ganancias por su intermediación. Por lo menos eso se concluye de informaciones provenientes del país andino, las cuales afirman que el precio mayorista de este alimento de primera necesidad sigue bajando desde marzo, pero las cotizaciones minoristas no registran mayores alivios.
El diario Gestión publicó recientemente que, “En los mercados mayoristas, el fin de semana se vendió el pollo hasta en 3.23 soles por kilo (USD 0.99), una rebaja de 25.5 por ciento, tendencia que los expertos estiman se podría revertir en semanas. El precio del pollo, que tiene un peso importante en la canasta básica de alimentos, registró en junio su segundo mes consecutivo a la baja”.
Si bien se han registrado rebajas en el precio final, estas no son proporcionales a la caída mayorista, siguiendo con Gestión: “La última cifra mayorista coincidió con un desplome de 96.2 por ciento en el volumen comercializado del pollo, que pasó de 61,379 toneladas a apenas 2,329 el primer día del mes. Sin embargo, estas variaciones no se han reflejado en la misma medida en los precios al por menor, pues en los mercados, el pollo eviscerado pasó de 8.40 soles (USD 2.56) a 8.35 soles (USD 2.54) el kilo, una reducción de apenas 0.59 por ciento, según el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática)”.
En el mismo sentido informó el periódico El Correo, cuando indicó que, “El precio del pollo ha bajado en las granjas, pero eso no lo puede apreciar el usuario final, afirmó el presidente de la Asociación Peruana de Avicultura, José Vera, quien expresó que la disminución, es más del 59 por ciento en comparación a marzo, cuando se registró el precio mayorista más alto del año (5.54 soles)(USD 1.69). Pidió, por ello, que las amas de casa soliciten a los comerciantes de mercados y centros de abastos de la capital, costos menores, a fin de que la reducción llegue a los usuarios finales”.