La calidad de la cáscara del huevo es el desafío más importante en la postura prolongada de ponedoras, pero ¿qué ave se comporta mejor?
Se espera que dentro de 10
años las gallinas ponedoras puedan
producir huevos rentables hasta 100 semanas de
edad sin muda. Schothorst Feed Research ha investigado en cooperación con el Servicio de Sanidad Animal de
los Países Bajos y la Universidad
Católica de Lovaina en Bélgica
si las gallinas ponedoras ya son capaces
de hacerlo.
Debido al desarrollo
genético y a la mejora tanto en el
manejo, como en la composición de la alimentación, ha mejorado
la persistencia de la postura en gallinas
ponedoras. Si la calidad de la
cáscara del huevo sigue siendo aceptable,
puede ser rentable prolongar el período de postura y difundir el capital invertido durante un período más largo. Esto mejorará la sustentabilidad en las granjas de ponedoras en
el futuro próximo.
Experimento
Se realizó un
experimento para
investigar la viabilidad de un periodo
de postura prolongado, en el que se
midió el rendimiento de producción de
tres líneas genéticas de ponedoras (Lohmann Brown Lite, H & N Brown
Nick y LSL
Classic) entre 58 y 93 semanas de edad. En este caso, el punto de interés fue el requerimiento de nutrientes de las gallinas ponedoras de mayor edad en cuanto
a la calidad de la cáscara.
El experimento se
realizó en
las instalaciones de Schothorst Feed
Research. Esta instalación cuenta
con 36 corrales (en sistema de aviario) con 330 gallinas ponedoras cada
uno (20 m2 de espacio
de suelo y 36.8 m2 de área
total). Las diferentes líneas genéticas
de gallinas ponedoras se dividieron al azar en los corrales. El historial
de las aves fue similar; llegaron a la nave a la misma edad, vinieron de la misma incubadora y granja
de crianza de pollitas, y recibieron las mismas vacunas. El cuidado diario fue según la cría de
ponedoras comerciales. El diseño del experimento posibilitó probar las
diferentes líneas genéticas de gallinas y diferentes dietas bajo las mismas
condiciones.
Calidad de la cáscara del huevo
Se probaron diferentes tratamientos
dietéticos con el objetivo de mejorar la calidad de la cáscara. Se investigó:
1) la ingestión requerida de calcio por suministro
por separado de caliza gruesa
junto con una dieta baja en calcio, 2) la estimulación del metabolismo del calcio mediante la variación
del nivel de calcio en la dieta a horarios fijos, 3) el control del peso del huevo mediante el suministro de
una dieta baja en lisina digestible
y 4) la adición
de diferentes aditivos o
ingredientes con un efecto positivo
esperado sobre calidad de la
cáscara del huevo (tabla 1).
Cada uno de los aditivos / ingredientes se suministró durante seis semanas. Los
otros tratamientos se llevaron a cabo entre
58 y 93 semanas de edad.
Los resultados productivos
(consumo de alimento, porcentaje
de postura, peso del huevo) se presentan en la tabla 2. Los
resultados referentes a la calidad de la cáscara (resistencia a la rotura, rigidez estática
[Kstat] y rigidez dinámica [Kdyn]) se presentan en la tabla 3. Kstat y Kdyn se determinaron en la Universidad de Lovaina
como parámetro para medir la resistencia
de la cáscara. Kstat refleja
la fuerza necesaria para deformar
el huevo, que lo comprime entre placas paralelas, mientras que el Kdyn
refleja el comportamiento de vibración
del huevo (frecuencia de
resonancia). La resistencia a la rotura la determinó el proveedor de huevos Kwetters a partir de las
75 semanas de edad en adelante.
Sólo un aditivo,
el derivado de algas (tabla 3, 81 semanas de edad,
trat. 6), mejoró la calidad de la cáscara
sin afectar el consumo de alimento,
sin embargo, el peso del huevo fue menor
que el tratamiento control (tratamiento 1). No está claro si la calidad de la cáscara se mejoró directamente por el
producto o indirectamente por un peso inferior del huevo.
El suministro
separado de caliza gruesa,
que permite a las gallinas ingerir
calcio según su requerimiento, resultó
en una mayor ingestión de este mineral,
que pareció estar relacionada con la
producción de huevos. La ingestión de calcio aumentó con el peso del huevo y disminuyó a partir de
entonces, cuando disminuyeron
el porcentaje de postura y la masa de huevo. El mayor consumo no
mejoró la calidad de la cáscara.
Los otros
tratamientos no difirieron en cuanto
a los rendimientos productivos y tampoco con
relación a la calidad de la cáscara del
huevo. La reducción del nivel de
lisina digestible no afectó
el peso del huevo ni tampoco mejoró
la calidad de la cáscara. Se esperaba que el tratamiento con diferentes
niveles de calcio estimulara el metabolismo
de la vitamina D. En las gallinas ponedoras de mayor edad,
es menor la conversión de 25(OH)D3
en el metabolito activo 1,25(OH)D3
por los riñones, lo que resulta en una menor
absorción de calcio por el intestino y una reducida
deposición de calcio en la cáscara. Sin
embargo, el nivel variable de calcio
no se tradujo en una mejora de la calidad de la cáscara.
Los otros aditivos no afectaron los rendimientos productivos
ni tampoco la calidad de la cáscara.
Esto es notable para el 25(OH)D3, que se utiliza comúnmente en la práctica para mejorar la calidad de la cáscara al final del periodo de postura. Es posible que el factor limitante del metabolismo de calcio no sea la conversión de la vitamina D3 en 25(OH)D3 en el hígado, sino la conversión mencionada anteriormente de
25(OH)D3 en el metabolito activo en los riñones. Si este es
el caso, la suplementación adicional de 25(OH)D3
no ayudará a mejorar la calidad de la cáscara.
En una investigación
anterior, Schothorst Feed Research encontró un efecto positivo del
butirato de sodio en la calidad de la cáscara del huevo. En ese experimento, se utilizó un modelo de depleción-repleción de calcio con niveles más
extremos de este mineral (2.0 vs.
3.0 por ciento) en comparación con el
experimento actual. Además, las
gallinas fueron relativamente jóvenes
cuando se probaron los butiratos
(incluyendo el de calcio) en el experimento actual.
El
principio del modelo de depleción-repleción de Ca se crea inicialmente una
escasez de Ca (depleción de calcio). A continuación, se añade a la dieta un
factor de prueba junto con una cantidad subóptima de Ca. Se mide la velocidad a
la que se restauran los niveles de Ca. La escasez de Ca puede interpretarse con
base en la resistencia de la cáscara del huevo y la resistencia ósea, que son
parámetros importantes en la producción comercial de gallinas ponedoras.
En conclusión, la calidad de la
cáscara del huevo de gallinas ponedoras de mayor edad difícilmente pudo mejorarse por los tratamientos
dietéticos y aditivos. Los procesos
fisiológicos y endocrinos probablemente
desempeñan un papel crucial, pero aún se
desconoce si es así y cómo controla estos procesos. Además, no se puede excluir que un período de tratamiento
de seis semanas fue
demasiado corto, pero no se observó una mejora gradual durante este período.
Efecto de la línea genética
La línea genética blanca que se utilizó en este experimento (LSL Classic), logró un alta producción de huevos durante un período más largo que las dos líneas genéticas marrones (Lohmann Brown Lite y H&N Brown Nick). Las gallinas blancas tuvieron un promedio del porcentaje de postura del 74 por ciento entre 88-93
semanas de edad, mientras que las
marrones un 62 por ciento (figura 1). El consumo de alimento fue comparable entre las aves blancas y marrones, pero las blancas produjeron más
huevos con la misma cantidad de alimento,
lo que resultó en un mejor índice
de conversión. La desventaja de
la línea genética blanca fue, en general, la
inferior calidad de la cáscara del huevo
en comparación con las líneas genéticas
marrones. La línea genética blanca consumió menos alimento por huevo producido
y por lo tanto por huevo menos calcio disponible. Cabe hacer notar que el
suministro por separado de caliza gruesa no mejoró la calidad
de la cáscara en gallinas de la línea
genética blanca.
Si es interesante
tener gallinas de la línea genética blanca o marrón
por un período prolongado, depende de los acuerdos con el proveedor de huevo. Si
se producen huevos para la industria,
en la mayoría de los casos es de más interés tener gallinas blancas, simplemente porque estas aves producen más huevos.
Conclusión
La calidad de la
cáscara del
huevo es el reto más importante
para un período de postura prolongada
en gallinas ponedoras. El único producto que mejoró la calidad de la cáscara fue el derivado de algas. Los otros tratamientos dietéticos y aditivos no llevaron a una mejora en los parámetros
productivos y tampoco en la calidad de la cáscara del huevo. Además, el tipo de ave marca
una diferencia. Aunque los huevos de gallinas blancas
tuvieron inferior calidad de la cáscara,
estas aves son más adecuadas para un período prolongado debido a que la persistencia de la postura es mejor.