La vacunación subcutánea en la incubadora es el método más común de protección de los pollitos de un día de edad, pero para que sea completamente efectiva, necesita realizarse con el cuidado y atención adecuadas.
Al haber el año pasado más de 25,000 millones de pollitos
de engorde que recibieron la vacunación subcutánea en la planta incubadora, el
método representó el 70 por ciento de todas las vacunas administradas. La
vacunación subcutánea es sencilla y económica, sin embargo, hay varios factores
que pueden afectar de manera espectacular al desempeño de la vacunación, por lo
que merece consideraciones extras.
Una cobertura buena de vacunación subcutánea generalmente
se considera por arriba del 98 por ciento. Esto significa que al menos el 98
por ciento de los pollitos de un día reciben el volumen correcto de vacuna, en
el lugar adecuado y sin que sufran lesiones importantes o demasiado estrés.
También es importante recordar que la vacunación se dé sin
contaminar a los pollitos, que puede ser una debilidad de la vacunación
subcutánea.
Proceso
fundamentado en el operador
En promedio, un operador puede vacunar subcutáneamente de
2,500 a 3,000 pollitos de un día por hora. No obstante, en la mayoría de los
casos esta cantidad solamente se puede mantener por un máximo de seis horas.
Las series más grandes de vacunación o a mayores
velocidades, pueden resultar en una menor calidad de la misma, debido al
cansancio y a la falta de precisión. El operador promedio puede vacunar un
máximo de 18,000 pollitos al día, pero se ha comprobado que una mayor cantidad
tiende a resultar en un aumento de la incidencia de pollitos descartados,
lesionados o con pelusa húmeda.
No es de sorprenderse que la calidad de la capacidad de
cada operador pueda impactar de forma espectacular la eficacia general de la
vacunación en la planta incubadora.
Por ejemplo, es crucial la manera en que se manejan los
pollitos y se colocan sobre la placa de inyección, por lo que debe realizarse
correctamente para obtener resultados óptimos.
Para una planta incubadora de 150,000 pollitos de un día,
un operador representa aproximadamente 12 por ciento de la producción, lo que
es un alto porcentaje. Debido a esto, es necesario tener una capacitación
continua del personal de vacunación, un monitoreo continuo de las actividades y
una evaluación continua del desempeño de la vacunación de cada persona.
Solamente con el desarrollo de una técnica refinada de
vacunación es que los operadores pueden, con el tiempo, lograr una calidad
constante de la vacunación, día tras día.
Equipo subcutáneo:
un factor limitante
Incluso el mejor operador de vacunación, no puede lograr
los niveles objetivo de vacunación si el equipo no es lo suficientemente bueno.
La condición y la calidad del equipo, junto con las
habilidades del operador, son los principales factores que se necesitan
optimizar. El equipo debe estar perfectamente limpio, bien mantenido y ajustado
a la perfección, día tras día.
Los errores sencillos y pequeños en el ajuste de la aguja
y del equipo, tales como la longitud de la aguja, el suministro de presión de
aire, ubicación del sensor, entre otros, pueden llevar a problemas importantes,
que van a tener un impacto directo sobre la ubicación, dosificación y tasa de
lesiones de la vacuna.
Es casi imposible lograr proporciones de calidad de
vacunación constantes y altas, si el equipo que se usa no es de alta calidad.
Beneficios de la
inversión
Los dispositivos modernos incluyen lo último en
tecnología y materiales para que sean más precisos, además de que su desempeño
es mayor que el de los modelos anteriores. Sin embargo, es común ver máquinas
de vacunación subcutánea que han estado en funciones durante 5 a 10 años.
Además, la misma composición de las vacunas ha cambiado.
Las vacunas más nuevas pueden ser más frágiles y a veces requieren del uso de
aplicadores o jeringas patentadas o de diseño especial, como los inyectores
dobles o las jeringas especiales para el uso de vacunas vectorizadas
tipo HVT diseñadas para preservar las células vivas del virus vacunal. Siempre deberá tenerse
en consideración la inversión en lo último en equipo de la más alta calidad,
cuya recuperación de la inversión puede ser bastante rápida.
Además es también importante recordar en lo que respecta
al equipo, que debe desempeñarse de manera constante y homogénea. Una variación
de +/- 3 por ciento en la dosificación es inaceptable y necesita corregirse de
inmediato. Como regla general, la homogeneidad de la dosis es un buen indicador
del equipo subcutáneo: mientras más precisa y constante sea la dosis, mejor
será la calidad y confiabilidad del equipo.
Monitoreo: el
camino al éxito
¿Cómo podemos mejorar los resultados si no se sabe dónde
necesitan implementarse las mejoras?
En la foto 3 se pueden ver las consecuencias obvias de
una mala ubicación de la vacunación subcutánea en comparación con una
aplicación precisa. El uso de una tintura azul con la vacuna es la mejor forma
de monitorear el desempeño de la aplicación de la misma. A pesar del daño
evidente hecho a los pollitos de un día y del desperdicio de vacuna que resulta
de errores de este tipo, hay una mayor consecuencia subyacente: la falta de
protección en el campo contra virus.
Esto es simplemente un ejemplo de los tipos de problemas
relacionados con la aplicación incorrecta de la vacuna subcutánea. No obstante,
hay muchos otros problemas que pueden surgir a resultas de la vacunación
incorrecta. Cada una de estas fallas en la vacunación resulta en un problema
específico posterior, por lo que es el papel del encargado de vacunación de la
planta incubadora monitorear con regularidad cada uno de estos posibles
errores, operador por operador. De llegarse a detectar alguno de estas posibles
fallas, debe tomarse una medida correctiva de inmediato.
La vacunación subcutánea está muy generalizada y es un
método muy práctico. Se pueden lograr altos niveles de eficacia y cobertura,
pero depende mucho de dos factores: operadores y equipo. Solamente operadores
capacitados y calificados, junto con un equipo moderno de buena calidad pueden
garantizar una tasa de eficacia de la vacunación constante y homogénea, al
tiempo que el monitoreo constante y el mantenimiento preventivo del equipo son
básicos para garantizar que el personal de vacunación cumpla con los objetivos.