Menos brasileños perciben que se usan hormonas y la participación de la carne de pollo creció.
Las campañas en pro del consumo y concientización de las propiedades y los mitos en torno a las proteínas de origen animal han surtido efecto en Brasil. Un estudio encomendado y divulgado por la Associação Brasileira de Proteína Animal (ABPA) muestra un notable cambio en la percepción de los brasileños sobre los productos del segmento.
Ejemplo de esto es la carne de pollo, la más consumida por el brasileño en la actualidad, con 43 kg per capita al año. De acuerdo con la investigación, la idea errónea de que se usan hormonas en la producción de los pollos fue mencionada por 31 por ciento de los consultados. Cuatro años atrás, en otro estudio encomendado por la asociación, este índice era del 72 por ciento.
"Esta mejora de la imagen es una buena señal del resultado de los trabajos de esclarecimiento de las propiedades nutricionales de los productos, pero, al mismo tiempo, muestra que hay un amplio trabajo por hacerse”, destaca Francisco Turra, presidente ejecutivo de la ABPA.
El estudio se dividió en etapas cualitativas y cuantitativas, con nutricionistas en una fase, empresarios del sector de ventas al menudeo en otra y en la etapa final, con cerca de 1,300 consumidores de todas las regiones y clases sociales del país.
De hecho, de acuerdo con el estudio, la carne de pollo está en el 99 por ciento de los hogares de Brasil y los huevos están en el 98 por ciento. La participación de la carne de pollo creció 2 por ciento con relación a otro estudio, realizado en 2008.
Otro punto interesante indicado por el estudio es la frecuencia de compra de proteínas animales en Brasil. De acuerdo con este estudio, el brasileño compra carne de pollo cada 6.3 día y huevos, cada 8.5 días. En la frecuencia de consumo, las proteínas industrializadas, la carne fresca de pollo y el huevo se consumen cada 4 días, en promedio.
Como era de esperarse, la investigación mostró que el pollo se consume más en el almuerzo y en la cena. El huevo se destaca por ser una proteína más consumida en el desayuno, con 22 por ciento del total del consumo diario realizado en este horario.
El estudio también vio los atributos más comúnmente relacionados con las proteínas animales. La carne de pollo, por ejemplo, se ve como de mayor practicidad y versatilidad en la preparación, además de más barata y más recomendada por los nutricionistas. El costo también es un diferencial en la percepción del huevo, visto también como práctica y versátil.
“Esta investigación nos mostró rutas que aún tenemos que seguir para aclararle al público sobre los diferenciales de nuestros productos. Al mismo tiempo, mostró que en los más variados núcleos de la sociedad, de los consumidores a los formadores de opinión, la carne de pollo y el huevo se perciben, de forma justa, como proteínas saludables e importantes para una dieta balanceada”, destaca Turra.