El marcaje genómico perinatal en aves beneficia al desempeño

Cada vez hay más pruebas que muestran que lo que se alimenta a los pollitos al momento del nacimiento influye en el desempeño del ave y los requerimientos de nutrientes posteriormente en la vida.

La incipiente ciencia de la epigenética y nutrigenómica podrían volver a escribir el libro de los requerimientos de nutrientes del pollo de engorda, según los especialistas que presentaron ponencias en el 28° Simposio Internacional Anual de Alltech. 

La manipulación de la expresión genética al momento del nacimiento, o incluso antes en el etapa de las reproductoras, puede condicionar a las aves en cuanto al desarrollo de tejidos específicos y requerimientos de nutrientes posteriormente en la vida. Esto puede evitar la sobrealimentación de ciertos nutrientes, lo que brindaría importantes ahorros económicos. 

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El Dr. Peter Ferket, Profesor y extensionista de Nutrición Avícola de North Carolina State University, ha dedicado unos 12 años al estudio de la alimentación in ovo. En el simposio dijo que la nueva ciencia va a permitir programar a los animales para el desarrollo de características y tejidos deseados específicos. La nutrición durante la fase perinatal (tres días antes y tres después del nacimiento) puede programar cómo y cuándo se expresan los genes y por lo tanto, influir en el desempeño. 

La alimentación in ovo es la administración de nutrientes altamente digestibles en el amnios del embrión. 

“Estamos ahora empezando a entender cómo se pueden encender y apagar los genes”, comentó. Mediante la exposición del tejido durante este período crítico del desarrollo a un estímulo adverso, es posible cambiar la forma en que se expresa un gen, sin cambiar al ADN subyacente. Entonces, se programa el gen, lo que se convierte en un marcaje posteriormente en la vida. 

“Si podemos dirigir y suplementar ese primer alimento, el fluido del amnios, podemos manipular la expresión de genes y dejar una señal nutricional que pueda influir en el desarrollo de ese animal”, señaló a los asistentes. 

“Ya sabemos que la alimentación in ovo puede mejorar la tolerancia al estrés inmunitario, estrés ambiental, estrés oxidativo y provocar una mejor utilización de la energía. Incluso, podemos cambiar los patrones de alimentación y la forma en que come el animal. 

“Estamos en la posición de cambiar los requerimientos nutricionales del ave e incluso de volver a escribir el libro”, apuntó. 

Mayor peso vivo de las aves   

Ferket también ha mostrado que la alimentación de una dieta nutricionalmente programada durante las primeras 90 horas después del nacimiento condiciona o marca a las aves, lo que lleva a una mejor conversión alimenticia y ganancia de peso vivo. 

Le dijo a los asistentes que “alimentamos una dieta típica de maíz y soya que estaba acondicionada en nutrientes clave durante las primeras 96 horas después del nacimiento”. 

“Incluso, después de cinco días hay una mejora en el peso vivo. Esto se extiende hasta los días 21, 42 y 60 días. También hemos visto que la conversión alimenticia del pollo de engorda mejora con la nutrición programada”. 

Menor encogimiento   

La meta es el direccionamiento de claves metabólicas a características económicamente importantes tales como la eficacia de la utilización de nutrientes o el desarrollo muscular. 

Por ejemplo, “Si sincronizamos la alimentación in ovo al desarrollo muscular, podemos influir sobre el desarrollo de las fibras musculares”, señaló Ferket. El Dr. Ferket ha podido sincronizar la alimentación in ovo para estimular la segunda y tercera ola de desarrollo de células satélite que resulta en más desarrollo muscular (véase el cuadro 1). 

Si tomamos en cuenta que en EUA el 50 por ciento de los alimentos se consume como comida rápida o ya preparada para llevarse a casa, el encogimiento y las pérdidas por cocción representan una gran preocupación.  

“La gente que prepara alimentos está interesada en el encogimiento, por lo que les será interesante que vemos una baja importante en las pérdidas por cocción con la alimentación programada”, dijo. 

“Además, las dietas programadas para mejorar las características antioxidantes presentaron una mejora significativa en la vida de anaquel y llevaron a mejores características de sabor”. 

Ahorro de nutrientes con epigenética  

Los requerimientos nutricionales pueden programarse también mediante epigenética y así evitar el desperdicio de a sobrealimentación de nutrientes más adelante. 

La Dra. Rosalina Ángel, profesora del Departamento de Ciencias Animales y Aviares de Maryland University, ya ha mostrado que el acondicionamiento neonatal puede provocar un cambio en la capacidad del animal de utilizar nutrientes específicos. Su trabajo con fósforo demuestra claramente el potencial de los cambios en nutrigenómica y epigenética en el momento de la eclosión, que le permite a las aves utilizar mejor los nutrientes más adelante en la vida. 

La sincronización es crítica  

La Dra. Ángel presentó detalles de sus investigaciones en las que las aves se desafiaban con una dieta deficiente en fósforo (0.25 por ciento) y calcio (0.6 por ciento) durante las primeras 90 horas. Luego se alimentaban con una dieta que excedía los requerimientos nutricionales hasta los 22 días de edad. Del día 22 al 38 de edad, la dieta también fue deficiente en fósforo (0.11 por ciento) y calcio (0.4 por ciento). Al final del estudio, no hubo diferencias significativas en peso corporal entre los grupos del estudio y el control, aunque desafortunadamente fueron menores las cenizas óseas, medición de la fortaleza del esqueleto. 

“Si echamos un vistazo a la expresión de los genes del cotransportador del fosfato de sodio, responsable de la absorción del fósforo a las 90 horas, vemos un aumento triple en las aves acondicionadas. A los 38 días, vimos un aumento de 2.5-2.7 veces en la expresión de los genes. 

“Sin embargo, no es de desearse ver este impacto negativo en las cenizas óseas, por lo que necesitamos determinar de manera precisa la sincronización óptima del desafío.Creemos que empezamos con la dieta deficiente demasiado pronto”. 

Ángel y su grupo van a llevar a cabo más experimentos para encontrar el punto crítico del acondicionamiento y para hacer que la sincronización del desafío sea lo más corta posible antes de poderse echar a nadar comercialmente la teoría. 

Ahorro de fósforo   

“Es evidente que hay posibilidades de cambios genéticos en términos del fósforo. Con base en nuestros experimentos, calculo que puedo reducir el fósforo disponible en un 28 por ciento por ave (solamente por cambiar la dieta durante 90 horas en las primeras etapas de la vida). Esto es igual a 3.9 gramos por ave (para un ave de 2.2 kg o 5.5 lb) que además de los ahorros importantes en costos, tiene un impacto positivo en el ambiente”, comentó. 

“Esto no sólo es una mejora de cómo alimentamos a los animales, es un salto. La nutrigenómica es una de las herramientas más prometedoras. 

“Hemos visto en seres humanos que puede transferirse la expresión de genes de una generación a otra. Aún no se investiga esto en aves, pero el mayor potencial es si se puede hacer el marcaje en la edad de reproducción para que los pollitos ya estén acondicionados para el futuro”. 

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