19 de marzo de 2012La normativa que regirá en Brasil estará basada en la nueva tecnología y estudios que avalan el uso de minerales en la dieta de las aves sin comprometer la productividad ni la salud aviar.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento derogó la normativa existente sobre los límites de minerales para la formulación de dietas para aves, tras considerar que esta regulación está obsoleta, que no atiende a los progresos tecnológicos y a los estudios científicos actuales en nutrición animal.
Esta antigua normativa sobre los límites de los minerales para la formulación de raciones de aves y porcinos estaba contenida en la Ordenanza N 20, junio de 1997. La decisión, publicada en el Diario Oficial de la Unión el día 23 de febrero, fue tomada por considerar que la regla anterior era dispensable a la regulación del sector de alimentación animal y no atiende a los avances tecnológicos en el área.
El objetivo de la legislación antigua era establecer concentraciones mínimas de minerales en productos comerciales que asegurasen un aporte adecuado de nutrientes para los animales. Sin embargo, muchos de estos valores, fijos y de cumplimento obligatorio, se han tornado obsoletos a medida que las nuevas tecnologías han permitido reducir los niveles de minerales en la dieta, sin comprometer los niveles de producción o la salud de los animales.
De acuerdo con la Coordinación de Fiscalización de Productos para Alimentación Animal, el cambio se basa en las referencias técnicas y científicas. La principal sería los estudios que demuestran el uso de los minerales quelados y el enriquecimiento de levaduras eficaces en niveles inferiores a aquellos previstos en la ordenanza. Estos productos tienen una mayor disponibilidad, una mejor absorción y mayor aprovechamiento de minerales orgánicos para los animales, permitiendo una reducción en el nivel de inclusión en su fabricación.
Otra ventaja del cambio de regla es reducir la contaminación ambiental, puesto que los estudios muestran que los niveles de minerales eliminados en las heces de los animales son considerablemente menores.