Expertos líderes en micotoxinas planifican el panorama científico actual y cual será futuro.
Aunque últimamente ha habido varios incidentes muy divulgados con relación a las micotoxinas en alimentos para consumo animal y humano que han atraído la atención de los medios en el mundo – incluso la contaminación por aflatoxinas de 2013 en Europa – los nuevos hallazgos indican que las micotoxinas tienen un impacto importante en la producción animal en formas que no llegan tanto a los titulares, como las afectaciones a la salud intestinal.
“Las investigaciones comprenden efectos fisiológicos e inmunitarios a niveles más bajos y más comunes de contaminación que, en última instancia, afectan la funcionalidad del tubo gastrointestinal”, según Todd Applegate de la University of Georgia.
“Estos efectos van de las aflatoxinas que impactan la pérdida de nutrientes endógenos del tubo intestinal, al deoxinivalenol que provoca la degradación de proteínas de la zona de oclusión y a las fumonisinas que aumentan la gravedad de las lesiones coccidianas en los pollitos de engorde, que llevan a una recuperación prolongada debido a alteraciones en la regulación de los procesos inflamatorios”, explicó.
Herramientas poderosas
Los avances en la detección y en las técnicas analíticas han mostrado que el problema de las micotoxinas es mucho mayor y más diverso, que lo que se ha imaginado.
“Hemos desarrollado un método capaz de determinar 380 metabolitos fúngicos, bacterianos y vegetales en cultivos, y en productos de cereales y de alimentos para consumo animal y humano”, señaló Rudolf Krska de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Viena.
Esta y otras herramientas van a ayudar a expandir la frontera del conocimiento con respecto a las micotoxinas.
Panorama más amplio y mayor riesgo
“Gran parte de lo que conocemos en la actualidad sobre los efectos adversos de las micotoxinas en la salud animal y humana, está por lo general limitado a la exposición a una sola micotoxina”, dijo Christopher Elliott del Institute for Global Food Security de la Queen’s University, de Belfast. “Debido a que cambia el clima, a que las materias primas se originan en diferentes partes del mundo y se usan nuevas fuentes de ingredientes para alimentos balanceados, ahora es mucho más el riesgo de exposición a muchas toxinas al mismo tiempo, que antes”.
Soluciones innovadoras
Se requiere de métodos de desactivación de micotoxinas de vanguardia para enfrentarse a este problema tan serio, como la biotransformación, la cual convierte las toxinas en metabolitos que no son peligrosos. Aunque en la actualidad consideramos a las micotoxinas como contaminantes nocivos en los alimentos para animales, existe otra perspectiva, según el Dr. Wulf-Dieter Moll del Biomin Research Center.
“Para ciertas bacterias especializadas, las micotoxinas son nutrientes deliciosos. Estas bacterias utilizan enzimas que descomponen las micotoxinas. Podemos usar algunas de estas enzimas como aditivos de alimentos balanceados”, explicó Moll.
El método de la biotransformación enzimática ya ha tenido éxito científico y comercial con FUMzyme, un componente de Mycofix y la primera enzima purificada autorizada por la Unión Europea que se ha comprobado que biotransforma a las fumonisinas en metabolitos no tóxicos.
“La biotransformación a través de los aditivos de alimentos balanceados es el método más avanzado para proteger a los animales de los efectos dañinos de las micotoxinas, por lo que esperamos que desempeñe un papel aún más importante en el futuro”, añadió Moll.
Los Profs. Applegate, Elliot y Krska, así como Moll van a compartir sus conocimientos en la sesión de expertos en micotoxinas del World Nutrition Forum de 2016 en Vancouver, Canadá, el próximo 12 a 15 de octubre.