La propuesta fue hecha por el gobierno colombiano y aunque el gremio avícola la celebra, tiene importantes reparos.
El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Aurelio Iragorri, presentó recientemente el plan ‘Colombia Siembra’, iniciativa que busca ampliar en tres años las áreas de cultivos estratégicos en un millón de hectáreas, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria de la población y reducir el alto gasto de las importaciones.
Para este fin, el Estado colombiano destinará en el mismo periodo 1.6 billones de pesos (US$515 millones) “para empoderar a los agricultores del país, quienes en su amplia mayoría (83 por ciento) nunca han tenido acceso a maquinaria ni a infraestructura”, según declaraciones del alto funcionario reproducidas por el diario económico Portafolio.
El plan prevé centrar sus esfuerzos en la siembra de maíz, soya y cebada, ya que “esos tres productos representan el 70 por ciento del total de toneladas que hoy se importan a Colombia. Estamos importando 10 millones de toneladas de productos alimenticios que una gran parte de ellos podríamos producir en el país”, destacó Irragorri. De acuerdo con datos del mismo Ministerio, Colombia importa 170 millones de dólares mensuales de cereales traídos directamente de los estados Indiana y Minnesota (EE.UU.), 45 millones de dólares en frutas y verduras y otros 40 en aceites y grasas de diferente origen.
Alejandro Valencia, presidente ejecutivo de Fenavi Colombia, afirmó que los avicultores están de acuerdo y apoyan este plan de sustitución de importaciones. Sin embargo, sostuvo que no puede haber condiciones: “No nos pueden obligar a comprar la cosecha de maíz que salga, porque el factor fundamental y sustancial es si el precio nacional es competitivo frente al internacional, y ahí desarrollan un papel preponderante los rendimientos por hectárea, pues si son bajos, los costos de producción no le van a permitir a esa tonelada de maíz tener un precio inferior al externo. No es lo mismo una hectárea con 6.5 toneladas de maíz que produciendo tres, como lo es el promedio histórico nacional”, aseveró.
Igualmente expresó que no pueden haber restricciones para las importaciones ni revivir “monstruos proteccionistas” como los mecanismos de administración de contingentes, que obligaban a los avicultores a comprar la cosecha nacional para poder salir a adquirir maíz sin aranceles. Consideró, además, que un precio ideal para la tonelada de maíz estaría alrededor de los 700,000 pesos (US$260). El anuncio del ya referido plan ministerial se da cuando varios gremios agroindustriales colombianos, entre ellos el avícola, están a la espera de una respuesta gubernamental a su petición de liberar temporalmente la importación de maíz amarillo duro.