La situación de contrabando genera millones de guaraníes en pérdidas para la avicultura nacional y representan un problema de sanidad para los consumidores.
Los problemas con el contrabando de carne de pollo proveniente de Brasil a Paraguay continúan afectando la industria avícola de los guaraníes.
Según Rodrigo Alderete, representante de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), “se estima que 2 millones de kilos por mes del consumo de pollos, equivalente a PYG14,000 millones (unos US$2 millones), están ingresando al país desde Brasil sin ningún control sanitario”.
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De acuerdo con un reporte del diario paraguayo La Nación, el líder gremial dijo que Avipar siempre ha colaborado para luchar contra el contrabando, pero instó a que se vigile mejor la frontera con Brasil (al este del país) por el riesgo sanitario que estos productos avícolas podrían representar.
“En el caso de los pollos, ante la ausencia de transporte adecuado y a causa de las altas temperaturas de nuestro país, beneficia el inicio de un estado de descomposición, arriesgando la salud del consumidor, por esta razón alertamos a la población a no consumir este tipo de mercaderías”, dijo Alderete.
Avipar denuncia a “funcionarios contaminados” de ser cómplices
El representante gremial fue más allá y sostuvo que, luego de una investigación del gremio, se considera que hay “funcionarios contaminados” que podrían estar involucrados en la entrada de los pollos de forma irregular.
Hace unas semanas, el ministro coordinador ejecutivo de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando de Paraguay, Emilio Fúster, indicó que “agentes contaminados” permiten el contrabando y tráfico ilegal de productos al país principalmente desde Brasil. Esta práctica incluye la entrada ilegal de productos como cajetillas de cigarrillos, frutas, hortalizas, aceites y más.
Según Avipar, la entrada de los kilos de carne de pollo se da principalmente por el Puente Internacional de la Amistad, que conecta a Ciudad del Este en Paraguay con Foz do Iguaçu en Brasil. Entrarían en camiones grandes que luego descargan sus productos a camiones pequeños para distribuirlos por los comercios locales.