La industria podría invertir más de US$1,200 millones, si las condiciones regulatorias del sector fueran adecuadas.
La Unión Nacional de Avicultores (UNA) informó que realiza diversas gestiones ante las autoridades estadounidenses pertinentes para para que Sonora, Sinaloa y la península de Yucatán sean declaradas zonas libres de influenza aviar, de manera que puedan iniciar a exportar pollo y huevo a la parte sur de Estados Unidos.
Las gestiones se realizan ante el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (Aphis) y el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS), ambos adscritos al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). En este proceso que la asociación inició ante los referidos organismos del gobierno norteamericano, han sido asesorados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) con el objetivo de llevar los beneficios de los tratados de libre comercio a la avicultura mexicana.
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Especialmente, se busca que estados como Sinaloa, Sonora y Yucatán, que son competitivos en producción de huevo y carne de ave, puedan acceder al mercado internacional.
En la actualidad, con una producción anual superior a 6.3 millones de toneladas de alimentos como pollo, huevo y pavo, la avicultura mexicana está presente en 19 estados del país, genera casi 1.3 millones de empleos directos e indirectos y su valor asciende a los MXN152, 540 millones, de acuerdo con cifras de la UNA.
Antes de la crisis del COVID-19, esperaban crecer cuando menos 3% para este año; con esta situación, la perspectiva es complicada.
“Nuestra industria es muy competitiva y continuaremos produciendo una proteína privilegiada. México es el cuarto principal productor avícola internacional y el primer consumidor de huevo a nivel mundial, con un consumo per cápita de 23.3 kilos”, expresó el presidente ejecutivo de la UNA, Arturo Calderón Ruanova.
Al respecto, Genaro Bernal, director general del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal, A.C. (CONAFAB), enfatizó que “la avicultura es uno de los sectores estratégicos para la alimentación en México y el principal consumidor de alimento balanceado, con cerca del 50% de la producción nacional, lo que enfatiza su potencial en volumen productivo y relevancia en la alimentación de la población”.
Una nutrición completa, el desarrollo de variedades mejoradas y el control de enfermedades permitió que los pollos de engorde que hoy se consumen sean más grandes. En la década de los 1960, cuando inició la producción avícola industrial, un pollo alcanzaba los 2 kilos a los 80 días de vida, hoy, su pleno desarrollo se da a los 49 días.
En 1950 se necesitaban 4.5 kilos de alimentos para producir un kilo de pollo o huevo; en la actualidad, se logra con 1.9 kilos en promedio. El alimento que se le proporciona a estos animales contiene: granos (principalmente maíz amarillo, sorgo y maíz blanco), pastas oleaginosas, entre otras la pasta de soya, además de vitaminas, minerales, aminoácidos y antioxidantes.
Consciente de los retos que implicará para la industria avícola mexicana la exportación de huevo y carne de ave, el presidente de la UNA señaló que nunca han recibido apoyo del gobierno federal e incluso el sector tendría capacidad de invertir más de US$1,200 millones para seguir mejorando, pero “requieren de piso parejo y facilidades para competir, si las condiciones regulatorias de la industria fueran adecuadas”.