La industria brasileña lucha contra este mito
El Ministerio de Agricultura, Industria Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) autorizó esta semana a las empresas del sector avícola a utilizar en sus etiquetas el mensaje “sin uso de hormonas, como lo establece la legislación brasileña”. No es obligatorio su uso y se extiende a todas las agroindustrias comprendidas por el Sistema de Inspección Federal (SIF).
De acuerdo con la información que el Ministro de Agricultura, Antonio Andrade, le dio al presidente ejecutivo de la Unión Brasileña de Avicultura (UBABEF), Francisco Turra, las propias empresas del sector habían solicitado al MAPA el permiso para informar al consumidor sobre la no utilización de hormonas.
“La UBABEF encabezó una campaña nacional, en conjunto con varios eslabones del sector avícola nacional, para esclarecer al público de que no se utilizan hormonas en la producción brasileña de pollos. En este sentido, creemos que la información directa al consumidor por medio de una etiqueta, tenga efectos rápidos y positivos para finalmente deshacernos de este mito”, destaca Turra.
Turra explica que la presencia de hormonas en pollos es un mito utilizado para justificar el crecimiento y el menor tiempo de sacrificio de los pollos comerciales. Las investigaciones muestran que es la selección genética la responsable del 90 por ciento de la eficiencia de la ganancia de peso. La evolución en las áreas de la genética, nutrición (dieta balanceada y eficiente), además del manejo nutricional, del ambiente y del cuidado sanitario resulta en un ave que requiere aproximadamente una tercera parte del tiempo y una tercera parte del total de alimento que un ave que se producía en la década de 1950, por ejemplo.
“Hay un rígido control sanitario por parte del Ministerio de Agricultura mediante el Plan Nacional de Control de Residuos y Contaminantes (PNCRC), con la realización de miles de análisis de la existencia de residuos en los productos de todas las empresas del sector avícola registradas en el SIF. Desde el inicio del PNCRC, nunca se ha detectado la existencia de utilización de hormonas, lo que comprueba que ninguna empresa brasileña adiciona hormonas en la producción de pollos. Es importante recordar que el uso de hormonas está prohibido en Brasil y en varios países”, destaca el presidente de la UBABEF.
Tal y como dice Turra, la carne de pollo que se sirve en la mesa del consumidor brasileño sigue las mismas normas de calidad de los productos exportados por el sector avícola nacional a más de 150 países, todos ellos con rígidos controles de residuos.