Colombia firmó ya su Tratado de Libre Comercio con la potencia del norte. ¿Está lista la avicultura colombiana? Examinemos qué dice la industria al respecto.
En mi reciente viaje a Colombia tuve la oportunidad de entrevistar a varias personalidades para hablar, en charlas abiertas y sencillas, sobre la avicultura de ese país y el Tratado de Libre Comercio con EUA. Ya fuera en una típica mañana bogotana, fría y húmeda, o en el agradable clima de la “ciudad bonita”, todos expresaron sus comentarios y puntos de vista, que a continuación relato.
Antecedentes de la estructura de la industria
La industria colombiana, a diferencia de otros países, está más atomizada: hay muchas empresas que al compararlas con otras en la región, se considerarían de tamaño mediano, o quizás pequeño.
“La industria no ha cambiado, sigue igual, tanto en pollo como en huevo. En huevo, el más grande es Incubadora Santander con cerca de 5 millones de gallinas de postura, mientras que en pollo es Avidesa, empresa con muy buenas ventas. Pero, comparadas con Bachoco en México, con Agrosuper en Chile o San Fernando en Perú, no tienen nada qué ver, y mucho menos con empresas brasileñas” dice el Dr. Andrés Moncada, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores, Fenavi, de Colombia.
Esto parece no haber causado ninguna dificultad, ni tampoco representar alguna ventaja, Sencillamente así es. Añade Moncada: “La avicultura en Colombia ha logrado zanjar muy bien esa diversidad. Las empresas se unen en el gremio para pelear por causas comunes y en los mercados compiten con libertad, como ocurre en cualquier situación. Son empresarios muy comprometidos, participativos y constructivos en la competencia y los problemas que tiene cada sector”.
No obstante, las cosas quizás cambien en el futuro. “Con seguridad el mercado se va a empezar a concentrar. Algunas empresas no subsistirán, otras crecerán y otras absorberán a otras”.
Hasta el momento, no hay indicios de que alguna empresa vaya a comprar a otra, ni de que haya empresas brasileñas o estadounidenses que quieran entrar al mercado colombiano mediante la compra de empresas. El año pasado hubo una especie de fusión. Fue el caso de Contegral, una empresa de alimentos que entró al negocio avícola. Su negocio principal sigue siendo el alimento balanceado, pero tienen incubación (Avícola Colombiana) y compróempresas de pollo: Pimpollo, Superpollo Paisa y Friko. Operadora Avícola es la que integra la operación, pero son empresas distintas con sus marcas por separado. “Ellos apuestan al largo plazo, precisamente viendo que se van a concentrar, con el respaldo de un grupo empresarial” añade Moncada.
El tratado
El tratado entró en vigor el pasado 15 de mayo. Pero, los avicultores colombianos aún no se enfrentan a los problemas del Tratado de Libre Comercio. “Los problemas están por venir, pues es sabido por todo el sector que los cuartos traseros de EUA son prácticamente un subproducto y que los sacan rápido al precio que sea. Esto indudablemente va a afectar al mercado colombiano” señala el Dr. Moncada. El tratado arranca con un contingente de 27 mil toneladas, que crecerá paulatinamente, para llegar a las 50 mil en 2017.
Colombia se enfrenta al “problema” de que gusta más esta parte del pollo y no tanto de la pechuga. Las 27 mil toneladas frente al tamaño del mercado colombiano de 1.1 millones de toneladas, es solo el 2.5 por ciento. “El problema para mí es que Colombia es un mercado cerrado, no exporta a ninguna parte. En consecuencia, es muy vulnerable a la sobreoferta”, dice el Dr. Moncada. Y claro, cuando hay exceso de oferta cae el precio: “cuando metas 27 mil toneladas al mercado, que equivalen a unas 2,250 toneladas mensuales, vamos a tener ese exceso de oferta y los precios se van a deprimir”.
“Hay mucho temor por cuestión de la pierna-pernil o cuarto trasero, que en EUA se consideran casi desecho. Pero la pechuga la damos muy barata” saca a colación Alejandro Gómez, gerente técnico de Italcol. Y precisamente ese es el otro lado de la moneda: “tenemos la oportunidad con la pechuga que es igual y aquí no se valora tanto”.
El temor realmente de los avicultores es que están pendientes del contingente y que también la pechuga va a entrar sin arancel y sin contingente, lo cual así se negoció.
Otro aspecto importante del mercado es el tamaño del pollo. “La mayoría del pollo en Colombia tiene un promedio es 2.2 kg, mientras que en EUA es de 2.5 a 3.5 kg. La conformación de costos es diferente”, aclara el Dr. Alberto Carbone, Vicepresidente de Italcol.
Pero los desafíos no sólo están en la parte comercial. “Hoy en día, el reto nutricional es muy grande con el Tratado de Libre Comercio, el cual debemos lograr combatir con costos” dice el Dr. Carbone. “Necesitamos mejores conversiones y resultados. A Colombia le falta un 4 o 5 por ciento por mejorar en conversión. En Colombia obtenemos esos resultados cuando tenemos granjas organizadas, tecnificadas y con ambiente bien controlado. Pero la media de nuestros clientes no lo tienen”.
Impacto del Tratado de Libre Comercio
En Colombia se parte el 40 por ciento del pollo y el 60 por ciento se vende entero. “De ese 40 por ciento, el 16 por ciento es pierna-pernil, y por ahí del 4 o 5 por ciento es la pierna-pernil congelada, por lo que la recreación del mercado se va a dar ahí”, comenta Carbone para explicarnos cual va a ser el impacto del Tratado de Libre Comercio. También, las zonas de pollo congelado del norte del país, la costa y Antioquia, van a resentir más el impacto.
En la comercialización van a entrar varios comercializadores y grandes superficies. “Incluso habrá gente del mismo gremio que traiga contenedores para ver cómo le va al vender el producto”, acota Carbone. “Esto va a obligarnos a partir menos pollo: baja la oferta de pechuga, sube la pechuga y podemos producir pierna-pernil más barata; nuestros precios se van a volver internacionales”.
Huevo
En cuanto al mercado del huevo no hubo ningún inconveniente, “por la misma característica del mercado colombiano: el huevo se vende fresco sin refrigerar, en un periodo corto”, ya que no existe una buena cadena de frío, como en otros países.
Para Don Enrique Muñoz, Presidente de Incubadora Santander “nosotros, como avicultores de huevo, al Tratado de Libre Comercio hay que mirarlo desde dos puntos de vista: el industrial y el político. Del político, no hay nada que hacer. Del industrial, yo creo que hay un futuro gigantesco en la avicultura de huevo, pero también hay una necesidad gigantesca en el cambio de tres cosas: mentalidad, posibilidad de inversión, tecnología”.
La mentalidad es lo que tiene que cambiar y va a cambiar por completo. Habrán granjas que desaparezcan por cuestiones de tecnología o producción. “Pero lo más interesante es la completa revolución en la comercialización. Llevo mucho tiempo diciéndolo: dejemos de ser simples vendedores de huevos, para pasar a ser industriales” comenta Don Enrique.
Gobierno y la Fenavi
El problema es que no sienten el apoyo del gobierno colombiano. No ha sido fuerte en el proceso de las negociaciones. “Son muy parcos, son demasiado ortodoxos. No toman posiciones realmente verticales y radicales, al ver la contraparte de la negociación que está sobre la mesa” dice Moncada. A tal punto es esto que en la conformación de la Export Trading Company, el Decreto 728, Artículo 5°, numeral 5°, dice que “si no hay un acuerdo en la constitución de dicha compañía (que administra el contingente de cuartos traseros), el gremio estadounidense tiene la potestad de constituirlo con 100 por ciento de la junta, tomar todas las decisiones, hacer las cosas como ellos quieran, y que nos dan la mitad de los ingresos”. Esta no es una cuestión anodina.
Don Enrique Muñoz comenta: “en la parte política tenemos un gravísimo problema: el gobierno nacional va a tener que definirse. O quiere hacer una industria grande, o quiere darle gusto al productor de traspatio”.
Fenavi es la única representación nacional del sector y estuvo directamente involucrada en el proceso. Tienen agremiados al 70 por ciento de la producción, que no de los productores, precisamente por esa dispersión que existe. Hay muchos pequeños que no están afiliados, que quizás no sumen mucho en producción.
Alimentos balanceados e importaciones de granos
Las empresas pequeñas son las que compran el alimento a los grandes productores como Italcol o Contegral. Estos grandes fabricantes siguen existiendo gracias a todas estas pequeñas empresas. “Su estrategia hoy está enfocada precisamente a darle soporte a los pequeños. La empresa da asistencia técnica, los acompañan a lo largo del proceso”, apunta Moncada.
Colombia consume aproximadamente 4 millones y medio de toneladas de maíz al año. Se produce únicamente un millón; el resto se importa de Argentina, ya que el precio es más competitivo que el de EUA y por la negociación que hubo con Mercosur, en la que el maíz entra sin aranceles.
Para poder traer los volúmenes necesarios de maíz y soya, o para traer un buque, se juntan varios y hacen una compra en conjunto, y negocian en bolsa. De hecho, han constituido empresas que importan y luego despachan el maíz y la soya para la formulación en su propia fábrica.
Algo que agrava la situación es que la infraestructura de carreteras en Colombia no es buena, por lo que el transporte es muy costoso. De ahí que haya muchas empresas que se estén reubicando.
Consumo
El colombiano en promedio consume 24 kg de pollo al año. La mayor parte de pollo se consume fresco y refrigerado, sin congelar. Hay un mercado grande de pollo pigmentado, ventaja que Colombia tiene que aprovecharal máximo. Se consume mucho pollo entero “asadero”, de tamaño más pequeño. Pero, es un mercado tipo a granel, donde no hay marcas posicionadas y donde lo que manda es el precio.
La parte del procesamiento cada vez crece más, pero todavía depende mucho del estrato social. Para el colombiano de a pie, el pollo procesado cuesta mucho. No obstante, si uno visita un supermercado de estrato social alto, se encuentran productos procesados, aunque para un segmento muy pequeño. Quizás debería haber más productos procesados, pero el proceso de urbanización es diferente aunque haya grandes ciudades. Todavía se valora mucho la comida preparada en casa.
En cuanto al huevo, el consumo per cápita es de 234 unidades al año. Su objetivo es llegar a que los colombianos consuman un huevo al día. “Tenemos que producir ovoproductos, para mercados como el catering” nos comenta Don Enrique.
Sanidad avícola y exportaciones
Las empresas avícolas colombianas se encuentran en su zona de confort, pues es un mercado cerrado, un mercado nacional que les es suficiente. Hasta antes de la firma del tratado no había competencia, porque no había importaciones de pollo ni de huevo.
Hay dos consideraciones importantes en Colombia: el Newcastle y las entidades sanitarias. Ya hay algunas zonas consideradas como libres del Newcastle, regiones pilotodonde se hace un trabajo muy intenso, pero el país completo todavía no es libre. Por otro lado, trabajan para que aprueben la regionalización con la OIE. “Incluso queremos compartimentación, pero eso es más complejo”. El problema es que “no somos un país federado, para hacer la compartimentación” añade Don Enrique.
En cuanto a los organismos de sanidad, “tenemos el problema muy grave de que nuestras entidades sanitarias no tiene la fortaleza institucional suficiente para acceder o para tener un buen reconocimiento internacional, así como para controlar. Al marco normativo le hace falta algunas cosas” indica Moncada.
Todo apunta a que las instituciones necesitan hacer más énfasis en hacer cumplir las normas. Su capacidad técnica y científica es débil.Pero además les falta creatividad que las fortalezca y les dé capacidad de hacer cumplir la ley.
Y aquí volvemos al tema de las negociaciones internacionales: ”el gobierno nos mete a negociar tratados internacionales con pesos pesados, con EUA, con Mercosur, países que han sido muy juiciosos en su trabajo sanitario, y no vamos a poder competir con ellos. Los tratados internacionales son de doble vía. Hay que fortalecer las entidades sanitarias para tener admisibilidad al mercado destino”.
Cuando mencionábamos el apoyo a la avicultura de traspatio, Don Enrique Muñoz y Doña Concepción Ardila de Incubadora Santander fueron muy enfáticos: “Si el gobierno nacional quiere que exportemos, necesitamos cambiar sanitariamente. No podemos exportar si tenemos bronquitis o Newcastle”.
Cabe mencionar que los problemas sanitarios también se deben a los mismos avicultores, que venden sobrantes de la incubación para el traspatio, lo que causa problemas sanitarios.
Colombia nunca ha tenido influenza aviar, es una enfermedad totalmente exótica, de tal forma que los avicultores cuidan ese patrimonio sanitario.
Conclusiones
En general, los avicultores colombianos están preocupados. Pero habrá que buscar salidas. Por ejemplo, usar las importaciones para segmentar el mercado, de acuerdo a la calidad.
Están ahora en la peor fase, que es el periodo de ajustes, pero una vez superada, en el mejor de los casos se equilibran las fuerzas. “Por lo menos ya sabes cómo hacerla, aunque todavía estamos negociando” dice Moncada. “Es una cosa buena la firma del Tratado de Libre Comercio; nos quito la angustia de qué va a pasar. Es importante para el país. “Los productores tenemos que ver qué sigue, motivarnos a la innovación, a la mejora de costos. Pensemos activamente, no pensemos en lamentar más”, termina Carbone.