Trabajan en nuevas tecnologías genómicas y criopreservación que garantizan la biodiversidad de las parvadas de aves de producción.
Un nuevo proyecto de colaboración en investigación y desarrollo entre Cobb-Vantress y The Roslin Institute reunió a científicos y expertos de la industria para tratar las necesidades a escala internacional en seguridad alimentaria. En un estudio recientemente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), los investigadores compartieron cómo aplicaron las nuevas tecnologías genómicas para garantizar la biodiversidad futura y satisfacer la creciente demanda mundial de proteína animal.
“En los siguientes 25 años, debe duplicarse la producción avícola para satisfacer la creciente demanda”, dijo la Dra. Rachel Hawken, directora de genómica y genética cuantitativa de Cobb-Vantress. “Para que en los próximos años se pueda cubrir esta necesidad, debemos asegurar la disponibilidad de diversidad genética. Este proyecto aplicó tecnologías genómicas innovadoras en la producción avícola comercial para atender la seguridad alimentaria y la eficiencia de la producción del futuro”.
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Al utilizar con éxito la nueva tecnología de criopreservación para congelar y revitalizar células germinativas primigenias, un tipo de células madre especializadas del pollo, los investigadores lograron un gran avance. “Se tienen que mantener parvadas vivas de forma constante para tener disponible la biodiversidad avícola para los nuevos y cambiantes ambientes y mercados. Sin embargo, hasta ahora, había sido difícil reconstituir un pollo a partir de germoplasma congelado”, explicó Hawken. “Con este gran avance, la industria avícola puede almacenar la información de diversas parvadas por su seguridad genética además de, o en lugar de, mantener parvadas vivas”.
Una vez que los investigadores consiguieron técnicas de criopreservación exitosas, se dispusieron a crear gallinas sustitutas que se pudieran usar para recrear pollos vivos o razas poco comunes, que potencialmente prosperarían en futuras condiciones de crecimiento. Inyectaron las células germinativas primigenias de esas razas poco comunes en los huevos de gallinas sustitutas. Los pollitos resultantes contenían la información genética de la raza alterna. Una vez que estas aves llegaron a edad adulta, pusieron huevos de la raza poco común.
“Estas aves son el primer paso para salvar y proteger de la pérdida a razas avícolas poco comunes y preservar la futura biodiversidad de nuestra avicultura tanto de los cambios ambientales como climáticos”, dijo Mike McGrew, investigador principal del proyecto y jefe de grupo de The Roslin Institute.
Cobb patrocinó el estudio en sociedad con el Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas. Además, varios expertos de Cobb fungieron como asesores y ayudaron a determinar la dirección del estudio.
Este estudio señala la segunda colaboración de Cobb con The Roslin Institute en el año. En junio, el Instituto publicó los resultados de un estudio patrocinado por Cobb que demostró un posible método para prevenir que el virus de la influenza aviar se replique en células de pollo de laboratorio, lo que indica que algún día será posible producir pollos resistentes a la enfermedad.