Cámara Uruguaya de Productores Avícolas (Cupra) calcula en US$40 millones la evasión por este delito.
Un panorama poco alentador para la actividad avícola charrúa fue denunciado por Carlos Steiner, secretario general de la Cupra, según fue reportado por el diario montevideano El País. De acuerdo con el rotativo, citando a Steiner, por lo menos una cuarta parte de la carne de pollo que se consume en Uruguay ingresa de manera ilegal desde Brasil. “Ya no se trata de ‘contrabando hormiga’ sino de una actividad comercial organizada, de gran volumen, cuyo nivel supera a cualquier de las más importantes empresas formales del sector en Uruguay”, explicó el dirigente gremial.
El periódico señaló que “la Cupra hizo la denuncia frente a cuatro organismos. Ante el Instituto Nacional de Carnes (Inac) las industrias nucleadas en Cupra hicieron hincapié en el perjuicio que causa el contrabando de pollos brasileños a los pequeños comerciantes y el daño a la salud de los consumidores al no tener ningún tipo de control. Ante la Dirección General Impositiva (DGI) se focalizó en la evasión fiscal estimada en no menos de US$40 millones anuales y ante el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se apuntó a concientizar sobre los trastornos sanitarios que puede causarle al sector avícola uruguayo un ingreso ilegal de carne aviar”.
Con documentación refrendada notarialmente, Steiner detalló que “el 26 por ciento de pollos de contrabando representa 19.5 millones de kilos, sobre un total de 75 millones de kilos que consumen al año los uruguayos. El kilo de pollo tiene un precio de US$2 en el mercado, por lo que ese volumen representa cerca de US$40 millones al año que se pierden en el comercio legal. El pollo de contrabando se vende 15 pesos más barato por kilo (US$0.53) que el pollo nacional, entre otras cosas porque no paga el IVA del 10 por ciento que entró a operar desde julio”.
Agregó que la producción anual de pollos está hoy en niveles de entre 25 y 30 por ciento por debajo de lo normal, con cerca de 600,000 pollos semanales; “estamos congelando pollos porque, aún con una producción menor, el mercado local no puede absorberlos”. Pese a esta difícil situación, el vocero de la Cupra sigue considerando “muy viable” lograr el incremento en el consumo que se plantea el gremio a su cargo, que apoyándose en una campaña publicitaria, buscará este año pasar de 24 kg por habitante al año a no menos de 27 kg per cápita.