Bronquitis, Gumboro, Newcastle e influenza aviar son todas enfermedades aviares con diferentes desafíos en Latinoamérica, para cuya lucha las nuevas vacunas podrían marcar la diferencia.
En enfermedades aviares, Latinoamérica puede dividirse en subregiones de manera muy clara e importante, según el doctor Luis Etcharren, director de Marketing Global de Vacunas de Phibro. Primero están Brasil y el Cono Sur, en donde uno de los retos más importantes es el control de la bronquitis. México es un mundo aparte por la influenza aviar, y en países como Colombia, Perú y Venezuela, la enfermedad de Newcastle es el flagelo.
Bronquitis y Gumboro en Brasil y Cono Sur
Brasil enfrenta desafíos de cepas autóctonas de bronquitis, un reto interesante para la industria. “Hay que encontrar primero la vacuna que proteja adecuadamente y que se pueda registrar en ese mercado”, pues este país controla muy bien el tipo de cepas que permiten que se registren y, “aunque hay experiencias muy buenas en mercados como Chile o Argentina de control con otras cepas, Brasil es diferente”.
“Brasil ha hecho bien las cosas y es un modelo que debemos ver e imitar”.
Los países tienen cuidado de no introducir material genético diferente al que ya tienen, en particular en casos de virus poco estables, que tienden a cambiar y a mutar con rapidez. De esta forma, se evita introducir nuevo material genético que pueda recombinarse con el local y potencialmente incrementar el riesgo de que surjan nuevas variantes. Debido a que es común enfrentarse en el campo a una gran cantidad de cepas antigénicamente diferentes, hasta ahora no ha sido posible desarrollar vacunas recombinantes contra la bronquitis infecciosa.
La ventaja que tienen algunas cepas muy estables, que no mutan o que no cambian en la misma proporción que otras cepas de bronquitis, es que se puede proteger contra cepas heterólogas con un mínimo riesgo de recombinaciones o posibles mutaciones. “Proponer una cepa genéticamente estable, bien conocida, que ofrezca buena protección y controle el problema, es la forma más inteligente de abordar el problema”, consideró Etcharren.
Estos países tienen también un desafío importante de Gumboro, con cepas muy virulentas. Brasil ha sido un gran mercado para la introducción de nuevas tecnologías como las vacunas recombinantes o los complejos antígeno-anticuerpo contra Gumboro.
“Nosotros estamos ahora con el desarrollo de una nueva vacuna que va a proteger desde la incubadora hasta el procesamiento de las aves”, indicó Etcharren, aunque todavía no se pueden dar detalles.
México es otra historia
México es un caso aparte por la situación de la influenza aviar desde 1994 y ahora con el doble desafío que hay con las dos cepas: baja y alta patogenia. Su principal enfoque es influenza aviar, además del gran desafío de bronquitis. Realmente, “México está en una posición complicada y creo que los mexicanos somos un poco responsables en cómo hemos manejado nuestra avicultura porque, además de la influenza aviar, tenemos problemas de Newcastle y de laringotraqueítis, y en bronquitis con cepas como Arkansas que son complicadas de controlar”, explicó Etcharren.
En su opinión, “las vacunas desarrolladas con cepas del tipo Arkansas son un gran ejemplo de biológicos que han generado más problemas que soluciones”. Por ejemplo, en Estados Unidos frecuentemente se lanzan vacunas desarrolladas con cepas emergentes contra una nueva variante de bronquitis, que al cabo del tiempo acaba generando cambios genéticos que son agresivos y le pueden complicar la vida a los productores. Así que, habría que reevaluar la estrategia de control de bronquitis.
Colombia, Perú y Venezuela con el Newcastle
Colombia, Perú y Venezuela también presentan situaciones que complican la producción avícola con el Newcastle. Con el desarrollo del programa para erradicar el Newcastle en Colombia, Etcharren confía en que si los avicultores trabajan de manera coordinada, es posible la erradicación. “Soy un ferviente creyente de que la erradicación es posible”.
¿Llegará la influenza aviar a Brasil o a Colombia?
“Estoy seguro de que la influenza aviar va a llegar a Brasil, pero este país es una avicultura diferente, en donde se ha generado conciencia de la importancia que tiene mantener al país libre”. Y añadió: “En Brasil, un avicultor cuida a otro avicultor. Incluso, la industria cuida a los productores”. Y es que para poder visitar una granja brasileña hay muchas medidas de bioseguridad que hay que respetar.
Eso es lo que ha mantenido a la industria libre de otros problemas. “Han hecho bien las cosas y es un modelo que debemos ver e imitar”, comentó. Es factible hacerlo porque en Latinoamérica no hay razón por la cual no se pueda hacer.
El problema es que, en general, a veces el peor enemigo de un avicultor es otro avicultor. Hay que ponerse de acuerdo para poder lograr cosas, recomendó. Y advirtió que hay que organizarse antes de que entre la influenza aviar.
Primero, se necesitan desarrollar centros de diagnóstico que ofrezcan un servicio oportuno, de respuesta rápida y certera para evitar la dispersión, “que les permita controlar el brote y protegerse, porque una vez que el virus se difunde en todo un país, es sumamente difícil erradicarlo”.
El costo de vacunar
Vacunar o no vacunar. Ese es el dilema. Analicemos cuál ha sido la trayectoria de la problemática de la influenza aviar en México y hagamos cuentas sencillas. El director de Marketing Global de Vacunas de Phibro nos dijo que una vacuna de influenza aviar puede costar unos US$15 por mil dosis. Al multiplicar digamos un número redondo promedio en los últimos 20 años de 1,500 millones de pollos producidos al año, hablamos de 30,000 millones de dosis, lo que serían aproximadamente US$450 millones que ha costado a la industria avícola mexicana la vacuna contra la cepa de influenza aviar de baja patogenicidad.
¿Cuál es el costo para la industria, sin tomar en cuenta la mortalidad y el impacto en la productividad? ¿Cuál sería el costo para la industria si en lugar de pagar lo que ha costado la vacuna hubieran generado un fondo para pagarle a los avicultores por las parvadas infectadas, sacrificadas? Hubieran cuarentenado las granjas y hubiera sido muchísimas veces más barato para la industria “que el mal manejo que tiene hoy y estar casados con vacunas de influenza aviar que los limitan en todos los sentidos”.
Tecnología efervescente
“Una de las principales causas de fallas de vacunas aplicadas por medios masivos son las aplicaciones incorrectas”, señaló el especialista, “como por aspersión, en el agua de bebida o por otros medios”.
Uno de los problemas más graves es que el equipo de vacunación no se da el tiempo de verificar que la tableta de la vacuna se disuelva completamente, por lo que quedan restos en el fondo de los tanques “y es ahí donde se queda una gran parte de las partículas virales que no se aplican de manera uniforme a la parvada”.
La presentación de las vacunas vivas en tabletas efervescentes —tecnología desarrollada y patentada por Phibro— cuenta con cinco vacunas diferentes: Gumboro, Newcastle y tres contra bronquitis.
Esta tecnología de las tabletas efervescentes tiene la ventaja de que solo se necesita depositar en el diluyente y el proceso de efervescencia hace que se disuelva y distribuya por completo y de manera homogénea. “Esto ayuda y facilita a que los procesos de vacunación sean mejores”.
Otras tecnologías de vacunas
Al ser la aplicación una de las principales fallas de los programas de vacunación, Etcharren destacó que se están realizando importantes inversiones para traer “una tecnología disruptiva, completamente innovadora, para la aplicación de vacunas inactivadas”. Este nuevo sistema, que pronto se dará a conocer, le va a permitir a los responsables de los programas de vacunación hacer una evaluación objetiva del proceso, con datos que les permitan fijar objetivos para mejorarlo de manera continua y para poder relacionar desafíos y resultados con ese proceso de vacunación, de cómo este se da.
“Vamos muy fuerte contra los principales problemas que afectan a la industria avícola, contra Gumboro, Newcastle y bronquitis, al poner en el mercado vacunas diferentes que nos van a permitir diferenciarnos y ofrecer una herramienta nueva a los avicultores”.