El International Poultry Council (IPC), órgano mundial de los países productores de carne de aves, solicitó a la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) y a sus países miembros que reconozcan el programa de compartimentación de la avicultura como instrumento capaz de garantizar el flujo do comercio de carnes y material genético.

Mediante un comunicado enviado al Director general de la organización, Bernard Vallat, el IPC, por consenso de sus miembros, pide que se refuerce el respeto a las reglas definidas por la organización por medio del “OIE Terrestrial Animal Health Code”, que trata de la regionalización de la producción.

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Con esto, los países exportadores que adopten el Programa de Compartimentación de la Avicultura mantendrían los embarques de carne de pollo y genética avícola, incluso con el surgimiento de focos de influenza aviar en áreas distantes de los polos compartimentados.

De acuerdo con el vicepresidente del IPC, Ricardo Santin, que también es vicepresidente de aves de la Associação Brasileira de Proteína Animal (ABPA), el consejo mundial del sector avícola percibe como prioritaria la adopción de nuevos paradigmas para enfrentar la crisis internacional de influenza aviar. Según la OIE, desde 2014 hay 35 países que han registrado brotes.

“Esto será fundamental en casos de crisis para los grandes exportadores, lo cual garantiza también mantener la oferta de carne avícola para los importadores”, explica.

El proyecto piloto de compartimentación se desarrolló en Brasil. El país también fue el primero del mundo en contar con una legislación sobre compartimentos reconocida por OIE.

De acuerdo con el presidente ejecutivo de la ABPA, Francisco Turra, aunque la avicultura brasileña nunca haya registrado casos de influenza aviar en su territorio, la compartimentación podrá representar, además de seguridad para los exportadores e importadores, una ventaja competitiva en el escenario internacional.

“La sanidad es un tema prioritario para el sector avícola mundial. En este escenario, Brasil ha sobresalido como pionero en iniciativas de conservación del estatus sanitario, como por ejemplo la compartimentación”, destaca Turra.

La compartimentación trae una nueva perspectiva sobre la gestión sanitaria de la producción. Al dividir cada núcleo de producción en compartimentos, el modelo establece un rastreo sanitario pleno de la producción, que permite gestiones más rápidas y efectivas en caso de crisis sanitarias. Con esto, se reducen los impactos económicos generados y se proporcionan incluso más seguridad sanitaria y credibilidad a la cadena productiva.