Al suministrar ácidos grasos omega-3 en las dietas de gallinas ponedoras colabora en su bienestar animal ya que reduce la incidencia de rotura de huesos durante la postura.
Las gallinas ponedoras son especialmente sensibles a las roturas del esternón como consecuencia de una débil constitución ósea. Actualmente, la tendencia de los sistemas de producción permite un mayor movimiento de las aves, que si bien beneficia su bienestar conlleva a provocar más roturas.
En la Universidad de Bristol en Reino se realizó una investigación que ha puesto de manifiesto que el adicionar ácidos grasos omega-3 en la dieta puede disminuir las roturas hasta en 40%. Por otra parte, esta clase de alimentación otorga la ventaja que los huevos producidos por las aves son también más ricos en este ácido graso, beneficiando la salud del consumidor final de huevos.
Los científicos ahora están buscando las proporciones apropiadas de ácidos grasos que permitan obtener el doble objetivo: gallinas con mejor bienestar y que produzcan huevos más saludables.