En el último mes se generaron reportes de caídas abruptas en las cotizaciones detallistas para la carne de pollo en Perú y Bolivia, dos de los países suramericanos con mayor consumo per cápita de este alimento.
Entre más dramáticos, más poderosos son los mensajes. Por lo menos eso parecen creer las directivas de Pollos El Bucanero, una de las tres principales productoras de carne de pollo en Colombia y que en los últimos años viene creciendo en cada vigencia con un dinamismo mayor al que muestran sus más cercanos competidores.
El gobierno de Australia, donde el 90 por ciento de los consumidores demandan huevos de este tipo, cuadruplicó las densidades máximas de ponedoras por hectárea para esta categoría. ¿Marcha atrás en la tendencia?
La tendencia de los huevos de gallinas libres de jaulas nos llega desde Europa y Norteamérica, al igual que el equipamiento para producirlos. Dicho así, ¿es solo coincidencia o un exceso de suspicacia?
Todos quieren cubrir bajo un propio paraguas las distintas etapas del negocio cárnico, aunque sigue habiendo un patito feo en esa cadena y es la producción del maíz y la soya que se necesitan para hacer el concentrado con que se nutren ponedoras y pollos. ¿Por qué?
La incertidumbre comercial que plantea para el mundo un Estados Unidos proteccionista, podrían abrir la brecha para que el mercado de este insumo avícola en América Latina sea más transparente y competitivo.
A la larga, para el sector cárnico mundial, que ha demostrado ser tan vulnerable a escándalos sanitarios fabricados con muy poco sustento real, es una muy mala señal.
Lo que parecía un tiro en propio pie, podría terminar consolidando a los brasileños en el lugar donde han estado en los últimos años por sus mismos méritos: los “mais grandes” exportadores de carne en el mundo (y en lo que nos atañe, en el pollo).
Una empresa biotecnológica californiana asegura que en 2021 venderá carne de ave producida en laboratorio a precios tan competitivos como 5 dólares por libra. ¿Gustará este avance a los ambientalistas?
Para acabar con esa falta de sex appeal, la promoción del bienestar animal debe basarse en sus ventajas de cara a los resultados económicos de la agroindustria, que innegablemente los tiene.