La semana pasada en la feria Eurotier en Hanóver, Alemania, escuché hablar al Dr. Randy Borg, director de Genética de Europa de Cobb sobre las necesidades del mercado del pollo de hoy, con lo que viene en el futuro. Aunque uno ya lo sepa, es impresionante percatarse del enorme trabajo que hacen las casas de genética aviar.
La genética aviar ha dado mucho de ganar tanto en el desempeño aviar, como en el rendimiento. Para que los genetistas encuentren la mejor ave, realizan una serie de exámenes exhaustivos correspondientes a más de 40 características físicas del animal. Esto lleva años hacerlo y mucho trabajo. Además, las decisiones que se tomen hoy en selección genética, son las que van a tener impacto en el mercado años después.
Este es un punto de inflexión, y es aquí donde me detengo. En la presentación dijo que las estrategias de selección deben alinearse con las necesidades del mercado en el futuro. Pero con todas estas nuevas tendencias que vienen de Europa y Estados Unidos, ¿cuáles son las necesidades? ¿Pollos de lento crecimiento o de rápido crecimiento? Son dos vertientes diferentes. Si hoy se decide por el lento crecimiento, daremos un paso atrás y ¿su impacto durará en los años venideros?
Por un lado, los grupos de presión pugnan por lo “natural”. No entiendo por qué un pollo de lento crecimiento es mejor y más natural, pero la presión sobre la industria es real. Y por el otro lado, hacia 2050 habrá un incremento de 1.8 por ciento en la demanda de la producción avícola al año. ¡Esto también es real!
Creo que debemos pugnar porque se siga seleccionando para un mejor desempeño, y se enfoquen los esfuerzos a todo lo que Borg mencionó: salud intestinal, consumo de agua y reducción de la huella de carbono. ¿Usted qué piensa?