A finales de noviembre pasado, cinco organizaciones en pro de la protección de los animales se reunieron en La Paz, Baja California Sur, México en una cumbre para formar una coalición que lleve a que finalmente se veten las jaulas en gallinas ponedoras del mayor productor de huevo de Latinoamérica y de los primeros del mundo.
El verbo vetar −el veto es el derecho que tiene una persona o corporación para vedar o impedir algo−, me pareció bastante fuerte. Lo digo, porque no sé qué derechos van primero, sí que las gallinas extiendan las alas o que la población mexicana, una de las más pobres de Latinoamérica, tenga acceso a una proteína animal barata como la del huevo.
Dicen estas organizaciones estar ansiosas de trabajar con colegas para, de una vez por todas, poner fin a las jaulas. Poner fin a un sistema que ha funcionado para producir alimentos. ¡Alimentos! No cosas superfluas. ¿Cuándo se pondrá fin al desperdicio de alimentos que tanto afecta?
No cabe duda de que estas organizaciones han trabajado bastante con los usuarios del huevo industrializado, como pueden ser Bimbo o Nestlé o Kraft Heinz (si se fijan, puras multinacionales, y una que otra empresa nacional), apenas una pequeña parte del consumo del país. ¿Habrá ansias por trabajar con los productores? ¿Habrá ansias de trabajar con el consumidor directo, sin acudir a los sentimentalismos?
Tiene que haber cordura para que se entienda que un animal maltratado no produce, que un animal estresado, no produce. Que las gallinas ponedoras son aves cuidadas, porque si no, no serían negocio.
Sorprende por otro lado que no haya respuestas de las autoridades y de los productores. Desde luego hay temas más importantes qué resolver, como el TLC. Pero llegado el caso de que se veten las jaulas, habrá que emparejar el terreno, que hacer reglamentos y concientizar al público de cuánto le va a costar.
No digamos que esto nunca va a suceder, porque las cosas suceden. Nomás echen la vista un año atrás. ¿Ustedes que opinan?
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Los huevos de gallinas libres de jaulas siguen siendo un nicho en el mercado nacional circunscrito a la clase de más recursos.
Foto de Benjamín Ruiz