Lío entre Trump y USPS traería regalo para el negocio avícola

Lío entre Trump y USPS traería regalo para el negocio avícola

(Young Tran | Freeimages.com)

La crisis inducida en el servicio postal estadounidense (USPS) desnudó prácticas que cuestionan el maleable concepto de bienestar animal que suelen defender grupos de interés contrarios a la agroindustria.

Hay reportes que suman más de 6,000 pollitos de un día embalados para distintos destinos en el norte de los Estados Unidos, los cuales murieron por la ralentización del gubernamental servicio postal a raíz de una mediática disputa política alrededor del voto por correo, tema en el que no me voy a meter.

Sí voy a detenerme en esos envíos malogrados de pequeñas aves, pues a mi parecer deberían abrir un debate en el cual sería bueno escuchar a los animalistas y veganos, como cuando lo hacen para atacar al negocio cárnico eficiente y sostenible que practica la avicultura comercial.

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¿Cómo puede ser que quienes se atribuyen la cualidad de entender las necesidades reales de los animales de producción cohonesten con esta práctica que tiene por lo menos un siglo dentro del Servicio Postal de los Estados Unidos (USPS, en inglés) y mueve millones de estos individuos cada año? Lo digo por la naturaleza de quienes perdieron esos pollitos y se quejaron amargamente ante la prensa por ello.

Para evitarme líos legales no mencionaré ninguna marca, pero son pequeñas granjas que se promocionan como ecológicas y defensoras del bienestar de sus animales. Pese a su pose alternativa, compran los mismos pollos de los linajes comerciales a incubadoras que se los envían por correo, hacinados en cajas, sin agua ni alimento (lo prohíbe USPS), sometidos a condiciones inciertas de temperatura, presión y estrés.

Un granjero de estos en Maine dijo que recibe un paquete cada tres semanas y que pierde uno o dos de cada 100 pollitos por viaje. Es decir, lo que bien puede considerarse una “pérdida razonable”, que no afecta la contabilidad del negocio. El mismo raciocinio “utilitarista” que ciertos grupos de interés le endilgan a la “egoísta” agroindustria que, según ellos, “solamente se fija en las ganancias y no en los animales”.

Es curioso por todo lo anterior que el movimiento animalista no proteste ante tal situación visibilizada por el actual rifirrafe electoral, más sabiendo que esta facilidad del USPS para aves permite incluso que se envíen gallos de pelea desde Puerto Rico a Texas o Nueva York, pese a estar prohibido. Solamente se necesita un veterinario que certifique que el animal es de “exhibición” y listo.

Si no fuera porque los animalistas son aliados naturales de los avicultores alternativos, que no pueden permitirse grandes envíos de pollitos con todas las condiciones del caso, pensaría uno mal de tan hipócrita silencio. Ya ha pasado una semana y no he visto manifestación alguna de los bulliciosos activistas de siempre.

Entre tanto, los granjeros ecológicos seguirán cobrando US$5 por libra de pollo entero y US$9 por libra de pechugas en filete “sin hormonas, sin antibióticos, solo granos naturales”.

A comer callados…


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