24 de abril de 2020
Esta es parte de la publicidad del Grupo Mantiqueira para la venta de huevos a domicilio. (Cortesía de Grupo Mantiqueira)
Grupo Mantiqueira, la mayor empresa productora de huevos en Brasil, presenta una nueva forma de vender durante el confinamiento por el COVID-19 y quizás más allá.
La gente sigue consumiendo productos avícolas, pero el huevo parece que ha causado furor en tiempos de COVID-19. No es para menos, pues reviste características especiales: es versátil, dura mucho tiempo, incluso sin refrigeración (aunque es recomendable refrigerarlo), tiene un alto valor nutritivo y es de costo asequible.
Con esto en mente, Grupo Mantiqueira, el mayor productor de huevos de Brasil (con 10.5 millones de ponedoras en producción) y cuarta empresa de Latinoamérica, precedida por las mexicanas Proan, Bachoco y Empresas Guadalupe, expandió los servicios de su Clube de Ovo (Club del Huevo), en la coyuntura perfecta del confinamiento por el virus SARS-CoV-2. ¿De qué trata esto? De entregar a domicilio huevos para no tener que salir de casa y ofrecer un plus.
La oferta de Mantiqueira es interesante. No se trata “solo” de huevos, sino que presentan cinco variedades de productos y presentaciones: paquetes familiares de 30 unidades (10 gourmet, 10 de gallinas libres de jaulas y 10 enriquecidos con omega-3, selenio y vitamina E) u orgánicos (de gallinas en pastoreo), paquetes de huevos seleccionados, huevos en doceneras (estuches) y hasta huevos “fitness” tamaño jumbo.
Al inscribirse al club, se elige el producto, la periodicidad de entrega (semanal, quincenal o mensual) y así el cliente ya no se preocupa de comprar huevos. Por el momento, la entrega es solo en Río de Janeiro y tarda un plazo mínimo de 48 horas. Los precios varían de entre BRL19.90 y BRL39.90 (US$3.57 a US$7.15).
Dadas las circunstancias, me parece una buena idea, aunque aún parezca un proyecto piloto. Al menos la empresa está siendo creativa, está probando otras formas de comercializar y viendo de qué manera se adapta a las circunstancias.
¿Ustedes qué piensan?