26 de julio de 2019
Este es uno de los pollos de 28 días hecho a las brasas: el churrasco portugués. (Benjamín Ruiz)
Al que igual que los peruanos, los portugueses aman el pollo asado que se prepara en “churrascarias”. Es su fast food saludable.
Hace unas semanas, hablé de los peruanos y su gusto por el pollo a las brasas y la carne fresca de pollo. Como estamos inmersos en la enorme industrialización avícola, en donde resaltan las grandes marcas de productores y de restaurantes de comida rápida, parecería incluso que hablamos de algo exótico, pero quizás no lo sea tanto.
Además de Perú, hay otro país que gusta del “churrasco”, es decir, del mismísimo pollo a las brasas: Portugal. Las “churrascarias” abundan en Portugal y el “churrasco” es muy socorrido por las familias de este país. “Es nuestro fast food, pero más saludable”, me dijo la Ing. Ana Sofia Gonçalves, presidenta de la Associação Portuguesa de Engenharia Zootécnica (APEZ). Y creo que esa es una de las claves.
En Portugal se producen pollos de 28 días, de un kilo de peso para este mercado. Igual que en Perú, se vende con arroz o papas para la familia. Es tan común que se consume al menos un vez a la semana. Cabe mencionar que el consumo per cápita de pollo del portugués promedio ronda en los 42 kg al año.
En ese país no hay preocupación por las importaciones de pollo de los grandes, como Brasil, con el que culturalmente están ligados. A los portugueses no les gusta la carne congelada. Hay carnicerías (conocidas como talhos) por doquier, en las que, además de otras carnes, hay pollo fresco, de tal forma que goza de amplia disponibilidad.
Todo esto lo traigo a colación porque me parece extraordinario que siga habiendo una plétora en el consumo de productos avícolas; no todo son las grandes marcas de alimentos y restaurantes. En la variedad está el gusto y también en lo más “natural”, tan en boga ahora.
¿Ustedes qué piensan?