Aunque ya son un viejo conocido, los DDGS podría convertirse en una nueva opción en alimentos balanceados avícolas, dadas las nuevas circunstancias del mercado.
Las fichas en el tablero de los mercados se mueven y quizás con cambios inesperados, después de la relativa estabilidad —en cuanto a proteccionismos y aranceles— de los últimos años.
China ha impuesto aranceles a la soya proveniente de Estados Unidos y quién sabe hasta dónde llegue el asunto. En cuanto al maíz, Estados Unidos va a seguir produciendo etanol de este grano para mezclar con su gasolina, de cuyo proceso quedan los solubles secos de destilería, conocidos por el acrónimo en inglés DDGS.
Lo cierto es que este ingrediente es quizás no muy conocido y de poco uso en Latinoamérica, a excepción de México que, por precio, la cercanía y la logística ferroviaria y portuaria con el vecino del norte, es más común. En la pasada convención anual de la ANECA en México, el Dr. Carlos López Coello dijo que, con estas perspectivas del mercado mundial, los DDGS se perfilan como una buena opción para la avicultura mexicana, y señaló: “Después de 40 años, tenemos una alternativa [en formulación]”.
López Coello mencionó algunas de las virtudes de este ingrediente: uniformidad del producto, no contiene factores antinutricionales, hay gran disponibilidad y tienen buen precio. Además, es una buena fuente de fósforo disponible porque este mineral se agrega en el proceso. Cuenta además con una buena fluidez del producto.
Es probable entonces que, en un futuro no muy lejano, se empiece a ver más inclusión de los DDGS en dietas avícolas, más allá del uso que actualmente se le da en rumiantes. Y tenemos también el aceite de destilería del maíz (CDO), del que hablaremos en otra ocasión. Entonces qué, ¿se animan? ¿Ustedes qué piensan?