2 de julio de 2020
(Captura de pantalla en YouTube del programa Rómpela Cocina Show de Fenavi Colombia)
Tener casi todo el tiempo al consumidor final en sus casas es una oportunidad de contacto que viene siendo aprovechada por la avicultura comercial. Es tiempo de revisar estrategias virtuales.
La semana pasada, la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) inauguró una interesante estrategia basada en emitir su propio programa de cocina para promover el consumo del huevo en ese mercado. Se trazaron la retadora meta de producir dos piezas audiovisuales a la semana hasta diciembre, con un formato fresco y de impecable factura técnica.
Se llama ‘Rómpela cocina show’, con el que Fenavi y su programa Huevo enlazan una campaña traída de tiempo atrás y basada en el eslogan ‘Rómpela todos los días con el poder del huevo’, que incluso ha ganado premios internacionales como el Golden Egg del año pasado. En fin.
El objetivo es aprovechar la virtualidad para entrar en la intimidad de un famoso, quien preparará una receta casera con huevo, mientras muestra aspectos de su vida cotidiana. Se emitirán 48 capítulos en un canal propio dentro de Youtube (llamado El poder del huevo); las primeras emisiones prometen el éxito y se incluirán aspectos regionales muy colombianos.
No estamos proponiendo que todo ente gremial siga exactamente esos pasos, pero sí vale la pena utilizar ese buen ejemplo para ilustrar la necesidad imperiosa de ser creativos e innovadores en el manejo de las comunicaciones virtuales, en las que la autonomía corporativa es casi infinita.
Es clara la crisis de los portales oficiales de gremios y empresas avícolas, que rara vez son actualizados e interesantes (me perdonarán la franqueza). Lo que manda la parada son las redes sociales, y propuestas como la de Fenavi van a ese punto.
Sin conocer por dentro cómo se cocinó ese nuevo producto, me atrevo a concluir que con ‘Rómpela cocina show’ se intenta cubrir por lo menos cuatro objetivos que debe tener toda estrategia digital en estos tiempos de pandemia: conexión solidaria, multicanalidad, narrativa vinculante y consumo sostenible.
En el primer concepto se debe reforzar el impacto social de la actividad productiva, que siempre lo tiene; el segundo hace referencia tanto a la promoción y difusión del producto comunicacional como de las posibilidades de compra del huevo, en este caso. La narrativa vinculante permite dar a conocer de forma amena la historia, trayectoria y contexto de un producto o marca, generando identidad y la afinidad con el consumidor.
Por último, y en esto siempre se termina pecando por omisión en el negocio avícola, se debe reforzar el concepto cierto del consumo responsable que tiene adquirir huevo y pollo. Si hablamos clara pero tranquilamente, sin ser reactivos como casi siempre lo hacemos, el público entenderá que producimos con criterios de bienestar las proteínas animales que menos recursos naturales necesitan y que se ofertan al menor precio del mercado.
Además, tienen el plus de tratarse casi siempre de productos locales, de empresas avícolas de origen familiar, cercanas, que generan empleo en muchas familias del entorno, lo cual satisface el deseo de mostrar solidaridad y apoyo que anima al consumidor en estos tiempos, que busca cumplir cuando tiene opción y certeza.
Muy bien por Fenavi; esperemos que ellos, como cualquier otro actor de nuestra agroindustria, sigan aprovechando el poder de la comunicación virtual para continuar “rompiéndola”.