Un nuevo estudio encuentra que es factible la propuesta de Rutgers de crear un “arca de Noé microbiana”, el Banco de la Microbiota, para proteger la salud humana a largo plazo y debe avanzar a la fase de proyecto piloto.
El Banco de la Microbiota recopilará gérmenes benéficos de poblaciones humanas cuyos microbiomas no se encuentren comprometidos por los antibióticos, las dietas procesadas ni otros efectos nocivos de la sociedad moderna que han contribuido a la pérdida masiva de diversidad microbiana y el aumento concomitante en problemas de salud. El microbioma humano incluye miles de billones de organismos microscópicos que viven dentro y fuera de nuestros cuerpos, que contribuyen de múltiples formas a nuestra salud.
El proyecto cuenta con la tutela de los profesores de Rutgers University María Gloria Domínguez-Bello, del Departamento de Bioquímica y Microbiología, y Martin Blaser, presidente Henry Rutgers del Microbioma Humano, así como con los profesores Rob Knight y Jack Gilbert, de la Universidad de California en San Diego. Los investigadores, que en 2018 esbozaron su propuesta en la revista Science, comparan su idea con la del Banco Mundial de Semillas de Svalbard, la mayor colección en el mundo de diversidad de cultivos creado en el supuesto caso de desastres naturales o causados por el hombre.
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El estudio de viabilidad lo prepararon dos firmas suizas independientes, comisionadas por la Fundación Seerave, la Fundación Gebert Rüf, la Universidad Rutgers, la Fundación Calouste Gulbenkain, la Universidad Kiel, la Escuela de Medicina de la Universidad California de San Diego, el Instituto Canadiense de Investigación Avanzada y la Fundación del Simposio Bengt E. Gustafsson, afiliada al Instituto Karolinska.
¿Cómo funcionaría el Banco de la Microbiota?
El estudio reveló que la iniciativa del Banco de la Microbiota tiene una enorme importancia y potencial, además de que sus líderes deben establecer un proyecto piloto que incluya la instalación de la infraestructura que almacene los microbios en un lugar como Noruega o Suiza, y colaboraciones con países en desarrollo para la recolección de muestras. Cuando esté en funcionamiento, el Banco de la Microbiota será un almacén mundial de reservas de muestras microbianas, cuyos originales permanecerán en colecciones locales en los países de origen.
“Esperamos dar los siguientes pasos hacia un proyecto piloto con el objetivo de analizar el marco legal y logístico del banco. También iniciaremos el desarrollo de capacidades mediante la creación de cursos dedicados en Rutgers y en universidades peruanas y de otros países en desarrollo”, comentó Domínguez, quien recalcó que la pandemia de COVID-19 podría retrasar, pero no deshacer esos planes.
¿Por qué se debe preservar la diversidad de la microbiota humana?
“Preservar la diversidad de la microbiota humana ayudará a hacer frente a una crisis de salud mundial en la que condiciones como la obesidad, el asma y las alergias aumentan en todo el mundo, a la par que disminuye nuestra diversidad microbiana”, agregó Domínguez.
Por su parte, Blaser comentó que “la población en la sociedad moderna ha perdido gran parte del microbioma debido al daño ocasionado por el abuso de los antibióticos y otras medicinas, la dependencia excesiva de alimentos procesados altos en grasa y otros factores de la industrialización”.
“La iniciativa del Banco de la Microbiota nos ayudará a trabajar con las culturas indígenas, en quienes el microbioma está más intacto, para encontrar microbios que se puedan almacenar, replicar y reintroducir para proteger la salud de todas las personas. Un posible enfoque sería que, en el momento en que surjan nuevos patógenos, como el SARS-CoV-2, aprovechar los microbios benéficos para combatir a los malos”, indicó.
Muestras de poblaciones remotas de Latinoamérica y África
Los investigadores dijeron que, al reintroducir los microbios perdidos, sería posible prevenir enfermedades. Pero eso solo podría ocurrir si los investigadores recolectan primero los microbios benéficos de poblaciones remotas de Latinoamérica y África, que cuentan con la mayor diversidad de microbiota, antes de que ellos también sufran los efectos de la urbanización.
Las personas que viven en sociedades urbanizadas han perdido parte sustancial de su diversidad microbiana. Por ejemplo, la flora intestinal de la mayoría de los estadounidenses es la mitad de diversa comparada con la de los cazadores recolectores de aldeas aisladas en el Amazonas.
Será de libre acceso a investigadores del mundo
Lo más importante, la caracterización de las muestras almacenadas en el Banco de la Microbiota estará disponible de forma transparente y abierta, lo que permitirá el acceso a investigadores de todo el mundo y la optimización del uso de la información y de los ejemplares en las colecciones locales.
Será necesario un esfuerzo internacional, que incluya una importante financiación, para recolectar y almacenar en un depósito mundial los microbios recolectados.
Además de una colección centralizada de respaldo de seguridad, la iniciativa del Banco de la Microbiota también implica a una red de colecciones regionales en países con pueblos tradicionales, que hasta ahora han demostrado contar con microbiotas de gran diversidad, en parte gracias a sus dietas naturales ricas en fibra vegetal.