En Conave, la gremial avícola de este país andino, vienen cumpliendo con su promesa de construir y proponer a partir de datos consolidados, confiables y públicos. Buen ejemplo a seguir.
Hace poco más de un año tuve la oportunidad de entrevistar a Diana Espín, directora ejecutiva de la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave), y todavía recuerdo vivamente de ese encuentro una frase suya que me encantó: “En mi país no tenemos estadísticas del negocio avícola, hay datos”.
Me lo dijo luego de mi insistencia en profundizar sobre algunos números precisos de la actividad avícola, algo que suelo hacer y que a no pocos parece incomodar en este rubro donde el miedo —o cuando no, el franco desconocimiento— a los datos consolidados suele ser una variable general poco deseable para un periodista (aunque debería serlo igual para todo actor de esta cadena).
Por eso me permito celebrar la apertura a las estadísticas serias de la doctora Espín y del doctor Edgar Navarrete (presidente de la Junta Directiva de Conave), al igual que el paulatino y seguro cumplimiento de su promesa gremial de construirlas de manera científica y participativa.
Tal es así que en el portal oficial de Conave se montó recientemente y para consulta abierta buena parte de las cifras más actualizadas, desglosadas y confiables sobre producción avícola ecuatoriana, a corte de diciembre de 2019. Desde luego, allí hay más detalles informativos esperando ser consultados en exclusividad por los asociados a Conave, y eso está bien.
La vocación informativa de Conave da cuenta de un gremio que se fortalece, cosa que poco puede decirse de otras asociaciones en la región que han descuidado y hasta han permitido el cierre de sus páginas web por física inanición y descuido. Mucha información desactualizada se ve en buena parte de ellas y es quizás la de Conave una de las más activas junto con las de Capia Argentina y Fenavi Colombia.
Esto último no es un juicio definitivo, pues algunas otras entidades gremiales han preferido privilegiar contenido en redes sociales antes que en sus lánguidos portales institucionales. A veces es eso o simple y llano estancamiento, todo hay que decirlo. Pero ese ya es otro tema, dense una vueltecita por las estadísticas de Conave. ¡Buena esa!