Los premios del Salón de la Fama de la Avicultura Latinoamericana reconocen las aportaciones de figuras sobresalientes en la industria avícola de la región. Este año se entregarán en Lima.
A diferencia de los Óscar, que se hacen cada año, los premios del Salón de la Fama de la Avicultura Latinoamericana se entregan cada dos años durante una ceremonia en el Congreso Latinoamericano de Avicultura.
En esta ocasión, el Latinoamericano de Avicultura —rebautizado como el OVUM—, se realizará en Lima, Perú, del 9 al 11 de octubre. Ahí, una vez más, haremos entrega de este premio, que cariñosamente algunos llaman el Pollóscar.
Los premios del Salón de la Fama fueron instituidos desde 1987 para identificar y galardonar a aquellas personas que han dedicado sus vidas al avance de la industria avícola latinoamericana. WATT Global Media y la revista Industria Avícola se encargan en su totalidad del Salón de la Fama, con el apoyo de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA).
A lo largo de sus 32 años de historia, han sido galardonados 69 productores, empresarios, profesionales, profesores universitarios e investigadores, mujeres y hombres, todos y cada uno de ellos con impresionantes trayectorias. Yo he tenido el honor de haber entregado 12 de estos 69 premios.
Al día de hoy, solamente hay dos países que no cuentan con galardonados: Honduras y Paraguay. Hay 11 de Brasil, 10 de México, siete de Argentina, cinco de Venezuela, cuatro de Perú, cuatro de Panamá, tres de Bolivia, tres de Chile, tres de Colombia, tres de Cuba, tres de Ecuador, tres de El Salvador, dos de Costa Rica, dos de Guatemala, dos de la República Dominicana, dos de Uruguay, uno de Nicaragua y uno de Estados Unidos.
La selección de los nuevos miembros del Salón de la Fama se hace con base en los fundamentos establecidos desde 1987. Para ello, se selecciona un jurado constituido por 10 profesionales de la industria avícola de varios países que leen y evalúan los currículums recibidos para emitir su voto.
Este jurado es anónimo y ni siquiera se conocen entre los miembros. Cada dos años, se escoge gente nueva y de áreas diferentes como la docencia, producción en vivo, incubación, investigación o genética. Después de estudiar los currículums, envían sus votos y se determina, de entre los nominados, quién se lleva el Pollóscar.
Cualquier persona puede nominar candidatos. Para ello, tenemos publicadas las bases y el tiempo se agota.
¿Se animan a enviarnos candidatos?