Hace unos días, un importador de Ghana se comunicó conmigo, para preguntarme si conocía a las personas de los correos que venían adjuntos, que supuestamente eran de una de las grandes empresas avícolas brasileñas exportadoras de pollo. Estaba desesperado, porque ya no le contestaban y no sé hasta qué punto iban las negociaciones y los pagos.
En un principio, no entendía muy bien lo que intentaba decirme esta persona, ni tampoco entendía qué tenía yo que ver con eso. Ignorante de la situación, lo único que se me ocurrió fue dirigirlo con la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), pues estaba seguro que serían ellos los indicados para ayudarlo.
No obstante, justo unos días después, salió la noticia que me hizo entender la misiva del importador ghanés: pululan los fraudes de supuestos exportadores de pollo de Brasil.
La situación es altamente preocupante y ya ha escalado hasta la Interpol, que emitió una Notificación Morada en todo el mundo. Según informó la ABPA, ellos han hecho saber a la Interpol de más de 700 casos en los que clonan correos electrónicos, falsifican boletas de ventas y hasta etiquetas y Sellos de Inspección Federal (SIF) de Brasil. Hay que tener mucho cuidado.
Ojalá hubiera podido haber ayudado más a esta persona. Al parecer, fue víctima de un fraude y pasó a engrosar las estadísticas. Al menos, creo que lo encaminé con las personas indicadas.
Como bien los hizo notar la ABPA, este es un problema que afecta tanto a Brasil, como al país importador. Pero incluso creo que puede ir más allá. En una época nada grata para el comercio mundial, es importante que nos mantengamos al tanto de esto. Se afectan exportadores, importadores y la imagen de la industria avícola misma. ¿Ustedes qué piensan?