Cambios en hábitos afectarían consumo de proteína animal

En una entrevista que realicé hace relativamente poco, el entrevistado de una importante casa genética me decía que en Holanda la gente ya no necesariamente come proteína animal todos los días. Los hábitos alimentarios están cambiando.

Independientemente del aspecto de la nutrición, creo que el consumo de proteína animal además de los hábitos alimentarios, va ligado no sólo al aumento en los ingresos familiares y al cambio de estrato social, sino también a que quizás pudiera ser una cuestión aspiracional. Tal vez haya un estrecho vínculo entre el mayor consumo de proteína animal, tener un mejor sueldo y sentir que hemos pasado a otro nivel.

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Aunque francamente a mí sí me gusta comer proteína animal todos los días, porque una comida o almuerzo sin ella no es comida, sí me he dado cuenta de que hay veces que ya no la como, que me salto un día sin carne. Puede ser la edad, la menor necesidad de proteína, o simplemente que, sin darme cuenta, estoy cayendo en la misma tendencia.

En Latinoamérica nos falta mucho para eso, puesto que hay grandes porciones de la población que aún no la consumen a diario o consumen cantidades menores al promedio per cápita. No obstante, sería interesante ver si en estratos medio y altos ya también se está dando este efecto. Si estos estratos se dan el lujo de pedir alimentos sustentables, pollo sin antibióticos, huevo de gallinas libres de jaulas y productos con valor agregado como en el mundo desarrollado, quizás se lo den de ya no comer tanta proteína a diario. ¿Será? ¿Ustedes qué piensan?

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