Ante las actuales circunstancias del mercado mundial y la gran producción de huevo en México, quizás sea el momento de que el país se convierta en gran exportador de huevos.
En las últimas semanas ha habido dos hechos que han marcado un hito en la industria avícola mexicana. Primero, hubo una histórica exportación de huevo fresco a EUA a finales de julio. Tómese en cuenta que pocos países pueden exportar huevo fresco a EUA, pero se logró tras 20 años de espera bajo el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Posteriormente, hace unos cuantos días se anunció que el gobierno japonés autorizó algunas plantas del estado de Jalisco para exportar huevo líquido pasteurizado. Hay razones coyunturales, como es el efecto del brote de influenza aviar en EUA que ha golpeado enormemente a la producción de huevos, tal y como sucedió, no hace mucho, en México. Pero también creo que hay razones de un tremendo esfuerzo de la industria avícola nacional por mejorar y enseñarle al mundo que es un enorme productor y consumidor de la mejor proteína animal: el huevo.
Este es el momento para que despegue la producción de huevo en México, por varias razones:
1. El consumo de huevo nacional que sobrepasa ya los 365 huevos por persona al año, quizás esté llegando a una estabilización y no haya más espacio para crecer. No obstante, el huevo industrializado para mayonesas, aderezos y panificación, entre otros, tiene una gran demanda nacional.
2. Todo parece indicar que la parvada nacional de ponedoras de EUA tardará hasta unos 18 meses en recuperar el nivel previo al brote, por lo que es el momento de captar nuevos mercados y afianzarlos.
3. Agregar valor al huevo, como es el caso del huevo líquido pasteurizado autorizado por Japón, le da un plus al producto y desaparecen las preocupaciones de transmisión de enfermedades aviares.
4. Brasil, el gran exportador de pollo, exporta poco huevo fresco. Aunque este país tiene una gran experiencia y buena reputación con las exportaciones, el consumo interno está en el orden de los 180 huevos per cápita, menos de la mitad del consumo en México, por lo que su mercado interno tiene mucho que ofrecer en términos de crecimiento y quizás les no sea tan atractiva la exportación.
5. La paulatina devaluación del peso mexicano de este año hace que los productos nacionales sean atractivos en mercados del extranjero. Pero cuidado: se importan muchas materias primas.
Varias empresas mexicanas cuentan con plantas de procesamiento de huevo con tecnología de punta, capaces de competir con las mejores del mundo. Dadas las coyunturas actuales, creo que es el momento de que México expanda sus horizontes, y junto con Brasil, se convierta en potencia avícola exportadora.