6 de junio de 2018
Así luce parte del área reforestada por Incubadora Santander en el noroeste de Colombia. | Cortesía Incubadora Santander S.A.
Es la primera empresa avícola en Colombia en lograr esta certificación, la cual evidencia su compromiso con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Instituto Colombiano de Normas Técnicas (Icontec) otogó a la empresa avícola Incubadora Santander S.A., que comercializa la marca Huevos Kikes, la certificación del programa de “Compensación Forestal” bajo el protocolo para programas de compensación de emisión de gases de efecto invernadero.
De esta forma, Incubadora Santander se convirtió en la primera empresa avícola colombiana en recibir una certificación de este tipo al demostrar su compromico con el cuidado de los bosques, la preservación de la flora y fauna de la región, el cuidado de las fuentes hídricas y la restauración de suelos degradados, informó la empresa por escrito.
Ejecutivos de Incubadora Santander sostienen la nueva certificación. | Cortesía Incubadora Santander S.A.
Este reconocimiento certifica que los bosques de la empresa ubicados en su hacienda en Curití (Santander, al noroeste del país) permiten eliminar más de 37,000 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), las cuales serán usadas para compensar la huella de carbono de la compañía.
“Para nosotros es un orgullo ver lo lejos que hemos llegado con nuestros proyectos de sostenibilidad en el medio ambiental. Seguimos comprometidos a mejorar cada día más nuestra relación amigable con el medio ambiente de manera consistente y responsable. Esta iniciativa comparte los valores de Huevos Kikes y nuestro compromiso por ofrecer un huevo que además de ser un alimento nutritivo fundamental, está producido bajo los mejores estándares de calidad desde cualquier perspectiva, incluyendo la ambiental”, afirmó Julián Nieto Puyana, vicepresidente de Servicios Corporativos de Incubadora Santander.
Para obtener la certificación, la compañía colombiana desarrolló un plan de reforestación en 2007, dos años después de trasladar sus actividades avícolas con aves reproductoras al municipio de Curití —que cuenta con áreas cuyo suelo era árido, con escarpas afectadas por la inmediación del sol y la lluvia, lo cual hacía difícil el crecimiento de especies arbóreas— con el propósito de ampliarlas.
Este plan de reforestación incluía la siembra de plantas con para garantizar el mantenimiento y la supervivencia de 175 hectáreas que representan cerca de 106,000 árboles de pino de diversas variedades. Para esa misma época, la compañía realizó otra reforestación de 45,000 especies nativas y naturalizadas de la región que se sumaron al proyecto.
“Tiempo después, ese suelo árido se convirtió en un hábitat para muchas especies animales y vegetales que fueron dando origen a pequeños ecosistemas que le dieron vida a un bosque montano bajo, de árboles frondosos y de mayor tamaño, logrando una restauración de áreas degradadas”, relató la empresa por escrito.
Posteriormente, la compañía decidió encaminar sus proyectos de medición de huella de carbono para valorar sus aspectos e impactos ambientales desde el punto de vista de emisiones de gases efecto invernadero. Para esto, en 2016 la empresa midió su línea base de la huella de carbono corporativa e integró a esta iniciativa después de 10 años de cuidado de sus bosques en Curití, ese proyecto de compensación forestal que fija 67,000 toneladas de CO2 e por un periodo de 20 años, con la posibilidad de incrementarse a futuro cumpliendo con las normas y procedimientos determinados para este tipo de programas.
En 2017, Incubadora Santander tuvo seis millones de ponedoras en producción, que representan casi el 14 por ciento del total de ponedoras en producción en Colombia, de acuerdo con la base de datos de empresas avícolas líderes de WATTAgNet.