El futuro de la salud aviar: nuevos y viejos desafíos

Al mirar hacia el futuro de la salud aviar, los expertos dicen que hay dos vertientes en las cuales nos tenemos que enfocar: las enfermedades como tales y el impacto de las nuevas tendencias en la producción en la salud aviar. La diseminación de enfermedades es un ejemplo de cómo la globalización de la industria avícola ha sido muy rápida, pero no así el control de dichas enfermedades. Hay países que siguen con enfermedades que erradica el mundo desarrollado, grandes productores, que ni siquiera intentan eliminarlas. “Los dos grandes problemas de enfermedades que van a marcar el futuro de la avicultura van a ser los respiratorios y digestivos”, dice Rui Eduardo Saldanha Vargas, vicepresidente y director técnico de la Associação Brasileira de Proteína Animal (ABPA). Al respecto, Sylvain Comte, director del negocio avícola de Ceva Santé Animale dice: “No creo que vayamos a enfrentarnos a nuevas enfermedades, sino a más tipos de variantes − como en el caso de la influenza aviar − y con más intensidad”. Influenza aviar en el aire Todos concuerdan que de entre las enfermedades infecciosas catastróficas en avicultura, la número uno es la influenza aviar. La situación de esta enfermedad ha cambiado radicalmente. Hace cuarenta años “hablar de influenza aviar era hablar de algo que sucedía en otro mundo”, dice el Dr. Miguel Ángel Márquez, miembro mexicano del grupo ad hoc de la enfermedad de Newcastle en la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en París. Ahora, se habla de ella de manera más puntual y más seria. La industria avícola ha crecido tanto en Asia y en África, que “una de las cosas que hemos visto en los últimos 10 o 15 años es que estos países no tienen la misma dedicación y concepto para erradicar la influencia aviar de alta patogenia, como en EUA o Europa, en donde se erradica a toda costa”, dice el Dr. John Glisson, vicepresidente de programas de investigación de la US Poultry and Egg Association. “La H5N2 y la H7N3 en México han sido una verdadera catástrofe para el país, pero no procedimos al sacrificio total de las aves”, señala Márquez. Lo más preocupante es que ambos virus siguen circulando en el país, son endémicos y se sigue vacunado. Al no erradicarse el virus de la influenza aviar, se queda, continúa en circulación y muta, por lo que se convierte en una fuente para el resto del mundo. “Esto ha hecho que cambiemos: solíamos no preocuparnos por la influenza aviar, porque nunca pensamos que fuera haber una fuente constante del virus”, dice Glisson. En el futuro, es evidente que la influenza aviar se va presentar en nuevos países, porque el comercio internacional cada día crece más. El omnipresente Newcastle Otra enfermedad aviar preocupante es el Newcastle, la más notificada a la OIE. Afortunadamente hay vacunas y medidas de bioseguridad, de movilización de los productos y subproductos, que hacen que esté bajo control. “El Newcastle es tan endémico en tantos países, que también es un gran riesgo para industria avícola mundial”, comenta Glisson. “Muchos países por muchos años han decidido no erradicarlo, como México. Es una gran preocupación para EUA y Canadá”. No solo EUA y Canadá. Brasil ha trabajado muy fuerte para controlar y erradicar el Newcastle, pero está rodeado de países que no lo hacen. “Así es que su industria está en la misma situación que la nuestra”, explica Glisson. Brasil dice estar preparado y haber desarrollado “el plan nacional de sanidad avícola que trabaja en las principales enfermedades de interés económico” completa Saldanha. La pesadilla de producir sin antibióticos En los mercados maduros cada vez hay más presión del consumidor por producir pollo y huevo libre de antibióticos. De hecho, muchas cadenas de restaurantes, hoteles y supermercados anuncian que sólo van a vender pollo y pavo de granjas donde nunca se han tratado con antibióticos. Pero, “no es el gobierno el que dice esto, sino los minoristas" dice preocupado Glisson. Un gran desafío con la producción sin antibióticos, es el control de la coccidiosis y la enteritis necrótica, ya que los principales coccidiostatos que se usan − los ionóforos − son antibióticos. Algo tan sencillo, se va a convertir en una pesadilla. El otro gran problema difícil sin el uso de antibióticos son las enfermedades respiratorias, que se van a complicar con la colibacilosis. Es de esperarse que se presenten más problemas de saculitis aérea. “Los productores van a tener que aprender nuevas formas de producir con sistemas alternativos, pero con un enfoque a la prevención” comenta Jerome Baudon, director de la unidad de negocio avícola de Merial. En este aspecto, Comte dice que, “Contamos con algunas soluciones de vacunación, pero que el 50 por ciento de la labor es trabajar con el productor, en el monitoreo de los datos de campo, del manejo, así como las condiciones ambientales y zootécnicas”. El paraíso no tiene jaulas Otros de los grandes cambios y que todavía queda por verse cuánto va a afectar a la salud aviar, es la conversión a la producción libre de jaulas. El problema es que muchos “visualizan la producción con las aves en el exterior, con acceso al aire libre y al paisaje, lo cual, desde luego no es nada bueno ni para la salud aviar, ni para el control de enfermedades sencillas, como los parásitos externos y la coccidiosis”, señala Glisson. Es una imagen paradisiaca para el consumidor, aunque no para el productor. Esto cambia la forma en que el productor tendrá que elaborar los programas sanitarios, por el aumento de los riesgos. Con las aves en el exterior, se necesita excluir las aves silvestres, roedores y otros animales con los que puedan entrar en contacto, pues son vectores de influenza aviar, salmonella o pasteurella. Exactamente lo contrario de lo que hemos hecho hasta ahora, de mantener a las aves en interiores. Todo esto parece no tener lógica. El problema es que estos grupos de presión no entienden nada de salud aviar y toman decisiones que no están basadas en hechos científicos o en el conocimiento. “Muchos de los avances que logramos, en los que hemos trabajado mucho en salud aviar, los vamos a perder”, argumenta Glisson. El monstruo del bienestar animal Hay varios frentes en el bienestar animal: antibióticos, jaulas, espacio, recorte de picos, eliminación de pollitos machos. Todos ellos necesitan de soluciones. Y “aunque están impulsados por los mercados desarrollados”, dice Baudon, “los mercados en desarrollo van a tener que cumplir con estos cambios, en el sentido de la globalización misma y el comercio”. “Lo que es muy preocupante es que los grupos radicales han sido eficientísimos”, dice Márquez, de tal forma que muchos han aceptado entrar a los sistemas de producción alternativos. Pero también preocupa que son puntos de vista que no se adaptan a todas las realidades. “Es un Frankenstein que se levanta sobre nosotros, el punto de vista y de acción de los países ricos, y que los demás países lo estamos siguiendo”, añade Márquez. Hacia la vacuna universal Para Rui Saldanha de la ABPA, “La mayor parte de los problemas que comprometen al sector avícola se pueden prevenir mediante la bioseguridad”. Es por eso que “el productor está en el proceso de pasar del tratamiento a la prevención, con un enfoque en la vacunación”, dice Jerome Baudon, de Merial. Prevención es la clave. Por ello, dice Sylvain Comte, de Ceva, concuerda también que “vamos más hacia la vacunación y al manejo, y a menos tratamiento directo”. Por ello, se van a “desarrollar una mezcla de tecnología, entre vacunas vectorizadas y vacunas vivas clásicas”, pero también “habrá nuevos programas de vacunación, nuevas formas de hacerlos y de adaptarlos”. Otro aspecto interesante en este concepto es la vacuna avícola universal. “Los avicultores nos piden una sola vacuna con múltiples virus o antígenos, que sea de una sola aplicación” comenta Baudon. Una vacuna todo en uno. La vacunación pasará de la granja a la incubadora. Para ello, se necesita de tecnología que asegure una correcta aplicación, mediante la automatización de procesos en la planta incubadora.

El futuro de la salud aviar: nuevos y viejos desafíos

En los próximos veinte años, las enfermedades como la influenza aviar o el Newcastle seguirán impactando a la avicultura, pero también la producción libre de antibióticos y de jaulas, que nos hará retroceder en salud aviar.

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