Con un buen crecimiento registrado en 2015, que llevó a excedentes de producción, los avicultores mexicanos se enfrentan a un panorama más complicado, junto con importaciones y una influenza aviar sin aún remediarse.
Después de la hecatombe de 2012 en la industria avícola mexicana por el brote de influenza aviar, poco a poco se ha ido reconstituyendo la producción, para alcanzar los niveles de producción previos al brote.
Los vacíos de abasto que sucedieron fueron aprovechados por varias empresas avícolas. De esta manera, 2013 y 2014 fueron años muy buenos. No obstante 2015 fue diferente, ya que el segundo semestre fue muy problemático, pues hubo una gran volatilidad en los precios de los productos avícolas.
Un 2016 mucho más complicado
Este 2016 va a ser diferente, debido a varios factores. En primer lugar, hay más producción.
“Habíamos pronosticado para 2015 un crecimiento del 2.5 por ciento, pero al final creció 4 por ciento, comparado con 2014”, señala el Lic. Sergio Chávez, director de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) de México.
En segundo lugar, a diferencia de 2014, el invierno se comportó diferente. “Eso da pie a menos problemas de enfermedades respiratorias y aunque la influenza no está totalmente erradicada, la productividad y la eficiencia es mucho mayor, hay menos mortalidad”. De esta manera, “vemos un 2016 mucho más complicado que 2015”. Además, está mermada también la capacidad de compra del mexicano.
Este año 2016 empezó con costos de producción, mejores en algunos casos, pero por debajo del costo de producción. Hay sobrepoblación de ponedoras, que con el transcurrir del año, se van a tener que eliminar aves. No obstante, hay presión en cuanto a que haya un mayor abasto, para que haya menores precios.
Otro elemento que hay que tener en cuenta es el tipo de cambio que afecta los costos de producción. El maíz y la soya han tenido precios bajos, pero las devaluaciones han sido constantes y no se sabe qué pueda suceder y “quizás se tenga que trasladar la devaluación al costo, lo que en el pasado no se pudo hacer”.
“Va a seguir habiendo volatilidad importante, pero parte de las medidas que pueden afectar a la industria, en el caso del pollo de engorda, es que el gobierno mexicano amplió los cupos de importación”, dice Chávez.
Es decir, en 2016 y quizás 2017 está la posibilidad de que compitan terceros países con los que México no tiene tratados.
Importaciones de pollo
El hecho de que se autoricen más plantas de Brasil o que entre pollo de Argentina, da más opciones a los procesadores y al consumidor. Sin embargo, dice Chávez: “esta ampliación y esta nueva cantidad de plantas ya autorizadas pone mucha más presión a los productores mexicanos”.
Recordemos también que la economía brasileña no crece y la devaluación del real le va a dar mucha más competitividad, por lo que quizás sea más complicado para el productor mexicano.
Es el mismo caso de Argentina. “No estamos de acuerdo con el hecho de ampliar los cupos de importación a terceros países con los que México no tiene tratados, como el caso de Brasil o de Argentina, pues limita la posibilidad de tener voz mucho más fuerte cuando se negocie un posible tratado de libre comercio”, comenta el director ejecutivo de la UNA.
Por otro lado, recordemos que las importaciones de EUA también han crecido a un ritmo importante. Además, los embargos que sufre EUA afectan el mercado interno mexicano, de tal forma que ahora hay mucha más importación a un menor precio que en el pasado. Sin embargo, EUA ha ido perdiendo poco a poco terreno. En la actualidad sus exportaciones están entre el 93 y 94 por ciento del total de importaciones, mientras que el resto es de Chile, Brasil y Argentina.
¿Y la influenza aviar?
“Afortunadamente, en el último año, no se han visto problemas de la enfermedad” comenta Chávez.
De hecho, hace unas semanas firmaron el acuerdo de influenza aviar notificable entre Estados Unidos, Canadá y México para mejorar la colaboración y trabajar hacia la armonización de procedimientos, como respuesta a posibles detecciones futuras del virus. La UNA promovió desde el año antepasado la firma de este memorándum de entendimiento sanitario entre los tres países.
“La firma obligaría a tener una serie de acciones concretas en influenza aviar con el principal objetivo de blindar la región NAFTA”, él dijo.
Esto va permitir incorporar algunas medidas tales como distancia entre granjas y otras regulaciones, sobre todo respecto a la vacunación.
Respecto a la vacunación, al parecer el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México (Senasica) va a tener en las próximas semanas una nueva vacuna, con actualización de la semilla original, de nueva tecnología que se pueda utilizar en el control y erradicación de la enfermedad. Es de una cepa llamada Salamanca, proveniente del centro del país. Parece que la Dirección General de Salud Animal trabaja con varios laboratorios de México al respecto.
“La UNA ha pugnado a que este tipo de investigación se abra en beneficio de la industria”, dijo Chavez.
¿Cambios en la industria?
Según, comenta Chávez, en bioseguridad sí ha habido cambios, además de que también las empresas han buscado eliminar riesgos con inversiones en otros lugares. Muchas han preferido salirse del centro del país para irse a otros estados, tales como San Luis Potosí, Chihuahua, Baja California o Campeche. Sin embargo, esto puede acarrear otro problema: que los que se quedan en la zona vuelvan a crecer. Esto, por ejemplo, se ha dado en Tepatitlán, en donde la producción ha vuelto a crecer.
Los cambios deben de provenir de todos los actores. Parte del problema proviene de la lentitud del establecimiento de las reglamentaciones que se tienen que echar a andar. El acuerdo tripartita recientemente firmado se propuso desde el año antepasado, para que entrara en vigor en pasado marzo.
“Ha pasado todo el año completo y todavía no está el acuerdo que prohíba algunas cosas, respecto a la movilización, la gallinaza, distancias”, Chávez agregó.
De esta manera, la laxitud deja prácticamente que la gente siga haciendo lo que sabe hacer, que es lo mismo.
“Sabemos que no es fácil, que se necesitan escuchar otros actores y por esa complejidad no es tan fácil sacar un nuevo acuerdo”, señala el dirigente de la UNA.
Una de las grandes preocupaciones es saber cuán lejos está la declaratoria de libre de influenza aviar. ¿Qué falta? La pregunta está en el aire. Hay que poner en claro las cosas, pues el país no da seguridad, no hay transparencia. De esta forma, es muy complicado abrir los mercados internacionales. Sigue el problema, porque se sigue vacunando.
“Ni se regionaliza, ni compartimentaliza, y entonces el efecto negativo es que las exportaciones han venido a menos, cada vez más”, él dijo.
Exportaciones equivalentes a unos días de producción
Con la crisis de la influenza aviar en EUA, México tuvo una oportunidad. Logró exportar un poco de huevo, pero no como debió ser para surtir el mercado estadounidense de huevo para quebrar.
Desafortunadamente, la respuesta no es tan rápida en los protocolos para poder exportar, ni existe tampoco la logística adecuada para manejar una red de frío. Así, al no poder México exportar como debiera, EUA buscó el producto en Francia, España, Inglaterra e incluso abrió las puertas a Argentina y a otros países para complementar el faltante. Quizás, para finales de 2016 ya se recuperen y a partir de ahí EUA se vuelve a convertir en un país exportador.
Lo que exportó México no fue en las cantidades que se hubiesen querido. En función de la producción nacional, representó unos 5 días de producción anual. Tampoco tuvo impacto que redundara en beneficio de la industria, porque de todos modos el precio cayó.