Mayor crecimiento en pollo y huevo, pero también mayores importaciones.
A
lo largo de los 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), la industria avícola mexicana ha tenido un avance importante en la
producción de carne de pollo y huevo para plato. En el estudio hecho en 1991
por el Grupo de Economistas y Asociados (GEA), por encargo de la Unión Nacional
de Avicultores (UNA), se mostraba que la industria avícola estadounidense era
muy superior a la industria mexicana (cuadro 1). Hoy en día, las asimetrías con
EUA siguen siendo grandes, pero se han reducido, excepto en la producción de
carne de pavo.
Entre
1985 y 1990, el mercado de México ya era relevante para las exportaciones de EUA.
La participación de las importaciones creció 29 veces en carne de pollo, 6
veces en huevo para plato y las de carne de pavo se duplicaron (cuadro 2).
Desgravación de los
productos avícolas
Antes
de 1994, las importaciones tenían restricciones y regulaciones fácilmente
administradas por el Gobierno Federal: permisos previos, asignaciones directas,
control de precios, subastas para cupos, empresas comercializadoras del
gobierno, entre otros, que hacían altamente atractivo el contrabando de productos
e incluso corrupción en las aduanas.
Se
definieron entonces dos mecanismos de desgravación para las fracciones de los
productos avícolas: una tipo GATT para carne de pollo y pavo, y otra lineal
para huevo, todos a un plazo de 10 años, además de cupos de acceso libres de
arancel para los tres productos. Estos cupos se definieron con base en los
antecedentes de importación y se estableció un crecimiento anual de 3 por
ciento para cada uno de ellos.
Los
cupos, que año tras año se rebasaban, fueron la carne mecánicamente deshuesada,
la carne de pavo y la carne de pollo troceada. Ésta última se importaba
tradicionalmente en la franja fronteriza y en ocasiones había reexpedición al
interior del país, para evadir el arancel.
En
el caso de las importaciones de carne de pavo y carne mecánicamente deshuesada,
materia prima para carnes frías y embutidos, los cupos no eran suficientes para
la demanda, lo que impulsó al sobreejercicio e incluso contrabando técnico y
triangulación.
Desgravación de los
insumos para la industria
En
estos años, el sector pecuario ha mostrado un mayor dinamismo que el agrícola,
lo que impulsó la importación de granos. Con el TLCAN quedaron sin arancel
varios insumos para la industria avícola, principalmente maquinaria y equipo, así
como el sorgo: insumo importante para alimentos balanceados. Otro beneficio fue
el acceso a insumos mediante cupos (maíz, huevo fértil, pollito recién nacido)
y otros libres de arancel o un arancel mínimo, como las progenitoras.
El
maíz amarillo se pactó con una liberación de 15 años, un arancel de 215 por
ciento y un cupo inicial de 2.5 millones de toneladas, que para 2007 fue de 3.7
millones de toneladas.
Esto
implicó una protección efectiva negativa para la industria avícola; es decir,
se desgravaron más rápido los productos finales: carne de ave y huevo para
plato (2003) y en último lugar el maíz amarillo (2008).
La
importación de granos y pastas oleaginosas pasó de 5.8 millones de toneladas en
1994 a 9.5 millones de toneladas en 2013, o sea, una tasa de crecimiento
promedio anual del 2.6 por ciento.
Mercado avícola de
México
Tanto
la producción nacional como las importaciones y exportaciones, estuvieron influenciadas
por diversos factores. En la producción avícola se realizaron inversiones para
incrementar la competitividad, la calidad en los productos y diferenciación en
el mercado. Así, la producción de carne de pollo ha mostrado un mayor dinamismo
que la de huevo.
En
2013, la producción avícola alcanzó un total de 5.425 millones de toneladas, el
53.6 por ciento correspondió a carne de pollo, 46.3 por ciento a huevo para
plato y el resto a carne de pavo. México se ubica entonces como el 5° productor
mundial.
El
aporte de la industria avícola a la economía es de las más altas en el sector
agroalimentario. En 2013 fue de 0.877 por ciento al PIB nacional, 26.121 por
ciento al PIB agropecuario y 42.733 por ciento al PIB pecuario.
Comportamiento de la
producción
Las
crisis financieras han impactado de diversas maneras. Por ejemplo, la de 1995 tuvo
un impacto más profundo en el sector agropecuario por el efecto cíclico de la
demanda y también por los factores climáticos y naturales; los principales
productos afectados fueron sorgo, maíz y trigo. Esta situación impulsó la
importación de granos, adquiridos a un costo mayor por el tipo de cambio.
En
2009 el impacto fue principalmente en la manufactura. En el sector agropecuario
afectó el costo de importación de las materias primas, al haber un
desplazamiento y mayor volatilidad del tipo de cambio.
Como
respuesta a estas crisis, los gobiernos han implementado varias estrategias
para hacer frente a los efectos internos, con medidas orientadas a garantizar productos
a precios accesibles al consumidor, aún a costa de la planta productiva.
En
general, la producción avícola ha sido más dinámica que el resto del sector
pecuario. La producción de carne de pollo en 1994 era de 1.383 millones de
toneladas; para 2013 fue de 2.9 millones de toneladas: un crecimiento promedio
anual de 4 por ciento. En el periodo de desgravación (1994 al 2003) la
producción mostró una tasa de crecimiento del 5.8 por ciento promedio anual,
para alcanzar una producción de 2.28 millones de toneladas en 2003.
En
2002, por la amenaza que significaba la liberación del mercado, se buscó y
consiguió una salvaguarda en pierna y muslo de pollo, vigente de 2003 a 2007. En
este periodo, la producción mostró una tasa de crecimiento promedio anual del 4
por ciento, para alcanzar una producción de 2,682,775 toneladas. De 2008 a
2013, en libre comercio, la producción mostró una tasa de crecimiento promedio
anual de 0.4 porciento (véase figura1).
La
producción de huevo para plato en 1994 era de 1,461,150 toneladas, pero para
2013 se ubicó en 2,522,428 toneladas, con un crecimiento promedio anual de 2.9
por ciento. Durante el periodo de desgravación la producción observó una tasa
de crecimiento promedio anual de 3.9 por ciento, a 2,063,386 millones de
toneladas en 2003. De 2003 a 2013, en libre comercio, la producción de huevo
para plato presentó una tasa de crecimiento promedio anual de 2 por ciento;
mejor que la carne de pollo (figura 2).
Tendencias que han
impactado a la industria
La
industria avícola no ha sido ajena a las tendencias mundiales como el
desarrollo de nuevos productos, elaboración de productos con valor agregado,
concentración de la producción y producción bajo aparcería, por citar algunas.
Por
ejemplo, de 1996 a 2012, en México se redujo de 420 a 325 el número de empresas
avícolas. Se fusionaron 95 empresas para poder mantenerse en el mercado.
Ha
sido mayor la producción bajo el esquema de aparcería (convenio en donde el
productor avícola es dueño de las casetas, terrenos e infraestructura, la
empresa avícola le provee las aves e insumos para la producción y el avicultor
entrega el producto, huevo o pollo, a la empresa avícola para su procesamiento,
distribución y venta), principalmente por las empresas grandes.
Esto
ha permitido que permanezcan los pequeños y medianos avicultores y que sus
productos lleguen al mercado. La integración en la avicultura es mayor que en
otras ramas de producción pecuaria.
Otros
factores que han impactado a la avicultura, han sido las reglamentaciones
establecidas por los socios comerciales, pues son más estrictas que las de México.
Las reglamentaciones de la Unión Europea y Japón han obligado a las empresas a
modificar su estructura de producción, proveeduría de insumos y logística de
compra y de exportaciones, lo cual ha incrementado el costo del producto final.
Comportamiento de las
importaciones
Previo
al TLCAN, las importaciones estaban sujetas a un régimen estricto del Gobierno
Federal y en consecuencia muchos productos ingresaban al mercado mediante
contrabando bronco.
El
TLCAN transparentó las regulaciones arancelarias y no arancelarias, agilizó los
trámites y facilitó la importación.
Cada
año, el mercado mexicano es más relevante para las exportaciones estadounidenses,
tanto por factores internos como externos. De acuerdo al USDA y USAPEEC, EUA
exportó en 2013 productos avícolas a México por un valor de $1,266 millones de
dólares, un incremento de 16.7 por ciento respecto a 2012. El mercado mexicano
de carne de pollo se incrementó en 13.5 por ciento y es el principal destino de
sus exportaciones, con un volumen total de 637,049 toneladas, que incluye
pastas de ave.
Carne de pollo
La
importación de carne de pollo creció al doble de la producción nacional en el
periodo de 1994 al 2013, con un crecimiento promedio anual de 8.4 por ciento.
En 1994, la importación de carne de pollo fue de 83,636 toneladas; para 2013,
alcanzó las 390,000 toneladas, es decir, se multiplicó 4.7 veces.
En
el periodo de transición al libre comercio (1994 a 2003), las importaciones crecieron
a una tasa promedio anual de 4.4 por ciento, con un volumen de 123,271 toneladas
(figura 3). La UNA identificó que el 97.56 por ciento era pierna y muslo de
pollo.
El
incremento de las importaciones significaba una amenaza. La UNA y USAPEEC, mediante
el NAFTA Egg and Poultry Partnership (NEPP), negociaron y aplicaron una
salvaguarda, sin que se afectara a ninguna de las partes. Esta salvaguarda ha
sido la única que se ha llevado con éxito en la historia del comercio exterior
de México, resultado de un intenso cabildeo de ambos países.
Durante
los últimos 3 años la importación de filetes y pechuga ha ido en aumento, de
45,176 toneladas en 2011 a 69,000 en 2013, con una participación del 18 por
ciento en 2013.
Huevo y ovoproductos
La
importación de huevo para plato ha sido complementaria a la producción nacional,
al abastecer las ciudades fronterizas.
En
2003, del volumen total importado de huevo y ovoproductos para consumo, que fue
de 1,117 toneladas, el 1.5 por ciento correspondió a huevo para plato, el 55.7
por ciento a ovoproductos líquidos y el 42.8 por ciento a ovoproductos
deshidratados. Diez años después, por la influenza aviar, el comportamiento fue
totalmente a la inversa: 80.4 por ciento correspondió a huevo para plato, 19.1
por ciento a ovoproductos líquidos y el 0.5 por ciento a ovoproductos
deshidratados (cuadro 3).
Internacionalización
de la industria avícola mexicana
Las
exportaciones al cierre de 2013 alcanzaron un volumen de 11,649 toneladas y un
valor de 26.8 millones de dólares. Esto representó una caída de alrededor del 30
por ciento respecto al volumen y valor exportado en 2012. En 2012, aún se
exportaron productos avícolas sin proceso térmico durante el primer semestre, pero
después se restringieron por el brote de influenza aviar.
En
2011 se exportaron 27,336 toneladas con un valor de 45 millones de dólares,
esto es un crecimiento promedio anual respecto a 2008 de 24.5 por ciento en
volumen y de 15.7 por ciento en valor. Los principales productos exportados en
volumen fueron carne de pollo (36 por ciento), huevo para plato (26 por ciento)
y productos cárnicos de valor agregado (20 por ciento). El 72.1 por ciento del
volumen de las exportaciones se destinó principalmente a países con los cuales
México no tiene acuerdos comerciales. Para 2013, el destino principal fueron
países con los cuales tenemos acuerdo comercial (EUA, exportaciones de
productos elaborados con materia prima importada y Guatemala).
Entre los principales frenos a la
exportación está el aspecto sanitario y de la acreditación de los
establecimientos para la exportación, que es muy lenta con algunos países.
La Dirección General de Salud Animal
(de Senasica) y la UNA han trabajado para que se reconozcan más zonas libres para
exportar productos avícolas. Por otra parte con la Dirección General de
Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera, las empresas y la UNA trabajan
constantemente para tener una mayor oferta de productos y habilitar más establecimientos
exportadores.
Conclusiones
Desde
la firma del TLCAN hace 20 años, la industria avícola mexicana de carne de
pollo y huevo para plato ha crecido más en términos porcentuales que la de EUA. Sin
embargo, aún la producción estadounidense de huevo duplica a la de México y en
el caso de carne de pollo es 6 veces mayor. Por otro lado, las exportaciones
estadounidenses se arraigaron en el mercado mexicano.
Las
exportaciones avícolas mexicanas se han dirigido principalmente a países con
los cuales no se tienen acuerdos comerciales, al tiempo que las exportaciones a
EUA son de productos elaborados con materia prima importada.
Además
de que México tiene zonas libres de enfermedades reconocidas por APHIS, la UNA,
junto con las empresas y el SENASICA se encuentran en la etapa final del
proceso que busca acreditar establecimientos TIF para la exportación a los EUA.