La falta de precipitaciones provoca este nivel de pérdidas en el departamento boliviano de Santa Cruz.
Según lo
reportado por el diario La Razón, la boliviana Asociación de Productores de
Oleaginosas y Trigo (Anapo) confirmó el 11 de marzo la pérdida de al menos
120,000 hectáreas (ha) de soya en los municipios cruceños de Cuatro Cañadas y
Pailón (este) debido a la extrema sequía, “la peor registrada en los últimos
años”, que afecta a esa zona de producción soyera.
De acuerdo con datos suministrados por la Anapo, en la
campaña agrícola 2014-2015 se sembraron 950,000 ha de soya en esta región del
altiplano, de las cuales 602,000 ha correspondieron a la zona este del
departamento de Santa Cruz y 348,000 ha al llamado norte integrado. “La última
evaluación de campo realizada por el equipo técnico de Anapo estableció que de
las 602,000 ha sembradas en la zona este, el 20 por ciento está considerado
como superficie perdida, el 40 por ciento como superficie afectada y el
restante 40 por ciento como superficie en buenas condiciones”, precisó el
titular de la asociación, Demetrio Pérez.
“El pasado fin de semana hubo lluvias en esas zonas de
producción, en Pailón entre 10 y 25 milímetros y en Cuatro Cañadas entre 20 y
40 milímetros, pero fueron insuficientes para disminuir la afectación de los
campos de soya”, agregó el dirigente gremial, quien también expresó su
preocupación por el 40 por ciento de la superficie afectada en la zona este
(unas 250,000 ha), “que ya tienen una disminución del potencial de rendimiento
y que se necesita de precipitaciones pluviales urgentes para que no aumente la
superficie perdida registrada en esas áreas”.
Pese a esta situación, Pérez garantizó el
abastecimiento del grano para el mercado interno, ya que la demanda anual del
país es de 800,000 toneladas, el 30 por ciento de la producción de soya
estimada para este año. A raíz de esta situación, el directivo de la Anapo
reiteró la necesidad para su sector “de contar con herramientas tecnológicas
modernas, como los transgénicos, que nos permitirían aumentar la competitividad
gracias a semillas genéticamente mejoradas, con tolerancia a la sequía y que
pueden disminuir los riesgos de pérdidas cuantiosas, como las ocurridas
actualmente”.