Este proyecto plantea que en el etiquetado con el nombre del producto venga claramente indicado las posibles adiciones, con su porcentaje y los ingredientes que se han añadido.
En Estados Unidos, el Departamento de Agricultura, USDA, ha presentado una propuesta para conseguir un etiquetado más claro para el consumidor de las carnes frescas que tengan inyectadas o añadidas agua u otras soluciones como sal o salsas. Está práctica es legal y frecuentemente utilizada por la industria.
En la actualidad en EUA, el consumidor tendría dificultades para distinguirlas entre una pechuga de pollo con soluciones añadidas (por ejemplo 60% pechuga de pollo y 40% solución añadida de salsa teriyaki) y otra sin nada añadido (es decir, 100% pechuga de pollo), porque en ambas casos el nombre del producto que aparecería en el etiquetado sería “pechuga de pollo”.
Por lo cual, el USDA propone que en el nombre del producto venga claramente indicado las posibles adiciones, con su porcentaje de adición y con los ingredientes que se han añadido. Así en el caso del ejemplo anterior, según la propuesta del USDA, el nombre del producto en el etiquetado tendría que aparecer como “pechuga de pollo-40% añadido de solución de agua y salsa teriyaki”.
En estos momentos, la legislación de EUA, si la carne lleva soluciones añadidas tiene que indicarlo en el etiquetado pero el productor no está obligado a indicarlo en el nombre del producto, que es el lugar más visible y más leído de una etiqueta.
Es más, según la normativa vigente en EUA, la carne de pollo que lleva inyectada agua salada se puede etiquetar como 100% natural, aunque dicha carne pueda tener 500% más de sodio que la carne no inyectada. Este tema fue muy controvertido hace meses, por una campaña publicitaria que realizó una industria en la que señalaba las marcas de carne de pollo que etiquetaban como “100% natural” pero que adicionaban a la carne agua salada.